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De izquierda a derecha, Jack Dorsey, una cabra y Mark Zuckerberg.
El día en que Zuckerberg mató una cabra y se la sirvió fría al fundador de Twitter

El día en que Zuckerberg mató una cabra y se la sirvió fría al fundador de Twitter

El empresario y fundador de la empresa de micromensajes Jack Dorsey recuerda la extraña y surrealista cena con el creador de Facebook en un año en el que se propuso únicamente comer lo que él mismo mataba

j. m. s.

Viernes, 25 de enero 2019, 16:15

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Mark Zuckerberg es una persona excéntrica. Gurú de los servicios digitales, vive por y para sus «hijos» virtuales, Facebook (su primer invento), Instagram y WhatsApp. Pero el empresario también tiene sus momentos extraños. Cada año se hace un propósito de año, como construir su propio robot doméstico, aprender chino o arreglar los fallos técnicos de su empresa. Y uno que tuvo gran repercusión se produjo en 2011 cuando decidió comer sólo la carne de animales que hubiese matado él mismo.

«Acabo de matar un cerdo y una cabra» llegó a publicar incluso en su perfil. Esa curiosa historia ha vuelto al plano actual después de que el fundador y máximo responsable de Twitter, Jack Dorsey, en plena campaña para limpiar la imagen de la compañía, haya recordado un momento embarazoso. Fue en una extraña cita con Zuckerberg, quien le sirvió a su colega un plato de carne de cabra que él mismo había matado previamente.

La situación fue, en cualquier caso, descabellada, surrealista. Durante la cena, Zuckerberg se giró, cogió una pistola láser (más conocida como táser) y se puso a cortar trozos de carne. Luego se lo entregaba al cocinero para prepararlo con un cuchillo. Dorsey asegura que le sirvió un trozo de carne de cabra fría, aunque solamente comió una ensalada. Así lo ha recordado en una entrevista para la revista «Rolling Stone», en donde define al creador de Facebook de un «hombre de negocios muy inteligente».

Sus palabras, textuales, son cuanto menos curiosas: «Hubo un año en el que solo comía lo que mataba. Me hizo una cabra para la cena que había matado». Y no era para menos, puesto que la regulación en Palo Alto (California) establece que una persona puede disponer de un máximo de seis animales de corral en un terreno particular. «Por lo que sé, tenía seis cabras en ese momento».

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