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Castellón 3-1 Sporting de Gijón | Caída libre del club rojiblanco de Garitano
Quinta derrota consecutiva tras un mal partido en el que marcó gracias a un error del portero rival
Asier Garitano es un entrenador que no engaña a nadie. Su estilo es claro. El único inconveniente es que si su equipo pierde cinco partidos consecutivos, no hay argumentos deportivos para sostener sus planteamientos. Es lo que le está sucediendo en Gijón.
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El Sporting de Gijón es un equipo muy vulgar. Por momentos llega a ser sonrojante que un club como el rojiblanco deambule por la categoría de plata sin nada a lo que aferrarse. Son las consecuencias del proyecto a medio y largo plazo del Grupo Orlegi, una organización que cada día deja más en evidencia su incapacidad.
De nada servirá volver a escuchar a Garitano que su equipo compitió. Ahora no es tiempo de competir, es tiempo de ganar. Algo que no hace el Sporting desde el pasado 29 de agosto. Un mal que se repite semana tras semana y que deja al entrenador rojiblanco contra las cuerdas.
Castellón
Matthys, Alberto, Barri (Doué, m. 61), Lucas (Trincho, m. 70), Cipenga, Salva Ruiz, Jakobsen (Cámara, m. 81), Cala, Mellot, Mamah (Pablo, m. 61) y Ronaldo (Gerenabarrena, m. 81)
3
-
1
Sporting
Yáñez; Rosas, Pablo Vázquez, Perrin (Cortés, m. 65), Diego Sánchez (Pablo García, m. 45); Loum (Kembo, m. 45), Corredera (Justin Smith, m. 65); Dubasin, Gelabert, Gaspar Campos (Amadou, m. 85) y Otero.
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Goles: 1-0: m. 8, Jakobsen. 1-1: m. 9, Dubasin. 2-1: m. 42, Cala, de penalti. 3-1: m. 88, Cámara.
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Árbitro: José Antonio Sánchez. Amonestó en el Castellón a Salva Ruiz, Lucas; y en el Sporting a Gaspar Campos, Corredera, Kembo, Cortés, Pablo Vázquez, Justin.
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Incidencias: partido disputado en el SkyFi Castalia.
El equipo da para lo que da y con Garitano cada vez da para menos. La plantilla es muy justa, muy limitada, pero la mayor preocupación es que el entrenador es incapaz de exprimir a sus futbolistas. Otero, Gelabert y Dubasin le salvaron de la quema gracias a las tres primeras victorias de la temporada, pero no podrán ayudarlo mucho más.
El delirio del técnico comenzó a la media hora de partido. Con empate en el marcador, gracias a un error del meta rival, que le regaló el tanto a los rojiblancos, al preparador no se le ocurrió mejor idea que retrasar a Loum al centro de la defensa. Lo que viene siendo su habitual línea de cinco defensores.
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El Sporting se pasó la primera parte detrás del balón, esperando a otro error de su rival. Esos que dice el entrenador que fuerzan, pero no forzaron lo suficiente. Lo peor del primer acto, además de la imagen fue el penalti por mano que cometió Diego Sánchez. Cala no perdonó ante Yáñez.
El cuerpo técnico decidió en el descanso darle la alternativa a Kembo. Con el Sporting perdiendo, se retiró a un centrocampista para dar entrada a un central. Ver para creer. Pablo García sustituyó también a Diego Sánchez para buscar mayor profundidad en la banda.
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Otero tuvo un mano a mano muy claro. Lo erró cuando pudo empatar, pero es lo que tiene apostar por un proyecto sin un delantero centro. La culpa la tiene Orlegi y el entrenador por aceptarlo y defenderlo.
El tercer tanto de la tarde para el Castellón refleja perfectamente lo que es el Sporting. Pablo Vázquez y Kembo quedaron en evidencia. Cámara los dejó en ridículo para cerrar el partido y sentenciar la contienda si no lo estaba sentenciada ya.
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No hay nada en lo que aferrarse para creer en que este Sporting podrá luchar por estar entre los mejores. Otero, Gelabert, Dubasin y Gaspar no huelen un balón. Es normal, Garitano planta un autobús y a partir de ahí espera acontecimientos. Todo es demasiado pobre para estar en Segunda División.
Hacía 19 años que el Sporting no acumulaba cinco derrotas consecutivas en Segunda División. La última vez fue en la temporada 2006-2007 cuando Preciado aceptó el reto de salvar a la entidad rojiblanca de su desaparición.
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