Las puntuaciones de Manuel Rosety a los jugadores del Sporting de Gijón

Un punto en la visita a un teórico aspirante al ascenso suele ser un buen resultado, pero al Sporting ahora los empates solo le sirven para asegurar la categoría sin riesgos. El sumado en el Ciutat de Valencia lo mantiene alejado del objetivo de un 'play off' cada vez más complicado.

El flojo partido ante el Levante no pasará a la historia. El Sporting solo tuvo defensa ante un rival impetuoso, con más potencial, pero escaso de ideas y exceso de precipitación, lo que también fue mérito de la zaga gijonesa. Además, se encontró con el mejor Yáñez, principal artífice del empate.

Los rojiblancos casi no pasaron del centro del campo. Se limitaron a defender con orden y agresividad. El primer tiempo se consumió sin pena ni gloria. Tras el primer cuarto de hora del segundo, el Levante intentó asediar al Sporting. La clave principal estuvo en la actuación de Yáñez.

El centro del campo se limitó a hacer un trabajo de contención, sin creatividad. Nacho Méndez ralentizó y retrasó mucho el juego, Olaetxea se arrinconó atrás y Gelabert sólo se dejó ver en un par de espectaculares arrancadas. Los extremos, con pocos apoyos, pasaron inadvertidos. En cambio, Caicedo, una de las novedades, trabajó y fijó a los centrales, pero sin remate, ni peligro. Un balance pobre para aspirar a ganar.

Controló aceptablemente su parcela, pero casi sin opciones de salir al ataque. Cumplió con apuros aislados. Evitó dos situaciones comprometidas.

Dominó bien el juego aéreo con un estilo expeditivo, sin dar concesiones. Fue contundente y se mostró seguro en los despejes.

Estuvo sobrio en la vigilancia de su zona, con sentido de la anticipación y un estilo práctico. Pasó algún apuro en la fase final.

Extrañó la que fue su posición habitual. Tuvo algunas complicaciones esporádicas con Carlos Álvarez. Cumplió con una vigilancia eficaz.

Se lució en un par de estiradas sin finalizar. Ofensivamente existió muy poco. Contribuyó a la contención, sobre todo en la última fase.

Realizó una labor de trabajo destructivo. Tuvo suerte que no lo pillo el VAR en un agarrón que pudo ser penalti. Demasiado encerrado atrás.

Se dedicó a tratar de aguantar el control del balón, con una mayoría de pases atrás o en horizontal, frenando el juego. Discreto.

En el primer tiempo no existió. Tras el descanso tuvo algunas apariciones esporádicas, sin apoyos y sin sensación de peligro, lejos del área.

Fijó a los centrales y se mostró voluntarioso, aunque careció de ocasiones de hacerse notar en el área, casi sin apoyos. Cumplió por su trabajo.

Una jugada en el primer tiempo y un disparo en el segundo. Lo demás fueron amagos sin ninguna trascendencia. Un balance muy pobre.

Protagonizó un vistoso contraataque, cortado en falta. Lo demás fue correr y presionar, sin opciones de pisar el área levantinista.

Entró poco en juego, con un estilo poco agresivo. Participó en la fase de mayor presión del Levante, con un tono demasiado discreto.

Jugó el último minuto y la prolongación. Cumplió con combatividad y anticipación para alejar el balón de su zona, sin tiempo para más.

Intervino en los últimos minutos. Contribuyó a la labor de contención con un estilo práctico en los despejes en poco tiempo.

Entró en el centro del campo. Colaboró en las labores de contención, sin poder enseñar sus cualidades de delantero. Mantuvo el tipo.

Realizó cinco intervenciones espectaculares que sirvieron para frenar al Levante y asegurar el empate, con una sensacional imagen de seguridad.

El empate avala su plan, pero tuvo un equipo defensivo, sin centro del campo, ni ataque. Tardó en hacer cambios. No se le dan bien.

• Temas
• Sporting de Gijón