Un paso con dudas para afrontar el Tourmalet

Esta victoria fue un soplo de aire fresco para la plantilla y sobre todo para una afición que, tras la derrota en Andorra y el empate en El Molinón ante el Huesca, se presentó en su estadio cabizbaja. De hecho, solo 13.400 aficionados acudieron al partido. Uno de los peores registros de asistencia de los últimos encuentros. Tres mil menos que contra el Huesca y cuatro mil menos que frente al Málaga.

El Sporting necesitaba ganar como fuera y así lo hizo. El juego del conjunto, sin embargo, fue dubitativo por lo deslavazado de su construcción, con continuos errores en la salida de balón y con alguno grosero en el caso de Marsà, corregido felizmente por sus compañeros. Izquierdoz, mientras, se quedó en el banquillo y los rojiblancos volvieron a cambiar de sistema, a la línea de cuatro en defensa. El partido de Guille Rosas también ofreció alguna que otra duda precisamente por las pérdidas en campo contrario, pero sumarse al ataque es lo que le pide Ramírez al lateral gijonés y así fue como el canterano se desquitó en la segunda mitad con una asistencia para el gol de Queipo.

En el centro del campo la pareja formada por Pedro y Rivera, con el segundo bajando a recibir para comenzar la construcción del juego, hace que en ocasiones Pedro quede como una isla solitaria y deba cubrir más terreno del que puede. En esa parcela la ayuda de Cristo, en una posición extraña pese a que ya ha jugado en ella varios partidos, no es suficiente para que el equipo construya un fútbol ordenado.

En las bandas el partido se dividió entre la voluntad de Queipo de sumarse al ataque y el mal partido de Juan Otero, que contó como pérdidas de balón y malas coberturas casi la totalidad de sus acciones. Djurdjevic sigue sin entender el juego del equipo y la presencia del montenegrino pasó desapercibida. El delantero dejó su lugar en el campo a Jeraldino, quien debutaba en El Molinón y quien mostró algún signo de, al menos, entender lo que le pide el entrenador y también el partido. 'MAR' dijo que espera poder darle más minutos para que coja ritmo de competición.

Tras los primeros seis encuentros de Ramírez en Gijón, ahora le espera una serie de compromisos en los que deberá dar del do de pecho si no quiere verse de nuevo rozando los puestos de descenso.

El Sporting solo ha sido capaz de sumar ocho victorias en veintinueve encuentros, solo por delante de la Ponferradina, que ha sumado seis, Málaga y Lugo, con cinco victorias, e Ibiza, último clasificado y que ha ganado cuatro partidos en lo que va de Liga.

Los rojiblancos comienzan ahora una de las etapas más duras del campeonato. El calendario ha deparado que el Sporting vaya a jugar contra los 'gallitos' de la categoría en los próximos dos meses. Esta semana los rojiblancos viajan a Albacete, sexto clasificado y equipo que marca los puestos de promoción de ascenso. Una semana más tarde visitará El Molinón el Mirandés, rival al que el Sporting saca tan solo dos puntos. Tras ese encuentro llegarán dos desplazamientos. El primero de ellos, a Burgos, ante la revelación de la temporada y el segundo, ante el actual líder de la categoría, la Unión Deportiva Las Palmas.

Tras el viaje a las Islas Canarias, el Sporting tendrá la visita del Granada, equipo que en la primera vuelta le endosó cinco tantos a los rojiblancos en lo que es la mayor goleada de un equipo en Segunda División en lo que se lleva jugado de temporada.

Los rojiblancos se enfrentarán por tanto a cuatro rivales de la parte alta de la tabla en sus próximos cinco encuentros, con lo que el partido ante el Mirandés está marcado en rojo en el calendario rojiblanco por dos motivos: se jugará en El Molinón y será ante un rival directo en la lucha por la permanencia.