El primer entrenamiento de Garitano con el Sporting: tres cuartos de hora con el balón de protagonista

Con las únicas ausencias de los lesionados Curbelo, Gaspar Campos y Bernal se puso manos a la obra el Sporting de Asier Garitano para preparar el partido del Eldense. No habían transcurrido ni 72 horas del duelo en casa frenta al Tenerife. Tres días que han sumido al club en una de sus situaciones más delicadas de los últimos años. Era era el momento de pasar página. La jornada fue frenética para el nuevo inquilino del banquillo rojiblanco. A primera hora de la mañana estaba cogiendo el vuelo desde Tenerife que lo llevaba a su nuevo destino: Asturias. Allí era recibido por trabajdores de su nuevo club, con los que compartió sus primeras horas como técnico sportinguista –firma de contrato incluida– y conocía las instalaciones del club. Por la tarde tocaba faena.

Miguel Pérez, preparador físico del nuevo cuerpo técnico sportinguista, dirigió buena parte de la sesión en Mareo. Fue una presencia corta en el terreno de juego, de apenas tres cuartos de hora, pero en ella ya se pudieron apreciar las primeras pinceladas del ex del Leganés.

La sesión comenzó con una breve introducción física, que dio paso al primero de los ejercicios con balón. La pelota protagonizó la primera tarde de Garitano como técnico sportinguista. De movilidad, recepción y pases con el cuero fue el primero de los trabajos. Todo enfocado a intentar operar a pocos toques, con varios balones simultáneamente sobre el terreno de juego de una de las mitades del campo. En la otra, los porteros Christian Joel, Rubén Yáñez y Elmo Henriksson conocían a Queco Piña, el nuevo entrenador de arqueros y que también actúa como analista táctico. Piña y Pérez son las dos incorporaciones de Garitano, al menos por ahora, para el cuerpo técnico. Con el primero trabajó el curso pasado en el Club Deportivo Tenerife. Mientras que Pérez y Garitano mantienen una estrecha relación y han compartido vestuario en todas sus experiencias durante esta década.

A lo lejos, apoyados junto a la zona de los banquillos, el director deportivo Gerardo García y el presidente ejecutivo del club, David Guerra, contemplaban la puesta de largo de su nueva apuesta. «Movemos rápìdo el balón» o «dos toques» fueron algunas de las consignas que más resonaron en Mareo durante la sesión, en la que Pérez llevó la voz cantante y su timbre se proyectó en varios momentos por encima de la de un observador Asier Garitano, pendiente del desempeño de sus nuevos pupilos y que, poco a poco, iba tomando la iniciativa.

El flamante entrenador del Sporting se animó más con las indicaciones en los dos últimos ejercicios. El primero de ellos, un ejercicio con varios rondos en los que los dos jugadores sin balón iban saltando de uno a otro en busca de recuperar el esférico. Los petos reclamaron su espacio en el último de los juegos del primer entrenamiento de Garitano. Un ejercicio de posesión a medio campo, implicando a los porteros y usando a dos futblistas como comodines, que participaban con el equipo poseedor del balón. Uno de ellos, Nacho Méndez.

Fue el ejercicio en el que se vio al Garitano más activo. «Bien, Nico (por Serrano)», «toco y me voy», fueron algunas de las expresiones que se le escucharon al nuevo míster rojiblanco. Aunque si por encima de todas tuvo alguna consigna fue la de acelerar el movimiento del esférico. «Que no se te pare el balón» llegó a decir en varias ocasiones a alguno de sus futbolistas, a los que agradeció en varias situaciones la entrega.

Tras algo más de un cuarto de hora, Miguel Pérez dio por concluido el ejercicio, mandando a los jugadores al interior de las instalaciones. Fue entonces, al retirarse del terreno de juego, cuando Garitano se dirigió a Cote, con quien mantuvo uno de sus primeros apartes como técnico del Sporting. Tal vez sabedor de que capitán y entrenador tienen que ir de la mano en el barco sportinguista para que no descarrile en lo que queda de curso.

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