El Sporting, de bajón al derbi

Así, sin salir de pobre, de bajón, pese a que encadene cuatro jornadas sin hincar la rodilla -tres empates y una victoria-, alcanzará el Sporting el derbi más sonrojante de los últimos años. Al equipo de Martí solo le queda dar ese alegrón a su afición y sumar lo justo para poner distancia con el lío. Nada más. El tiempo que resta hasta el verano debería ser movido en los despachos para enderezar la parcela deportiva e ingeniar un proyecto decente, con un líder verdadero, sin los malos hábitos generados en este último año y medio, que han cristalizado en una temporada espantosa. Como el arranque en Santo Domingo. Un dolor.

Tocada y hundida la Real 'B', el Sporting salió liviano. Con las piernas de Pablo Pérez para correr el ataque, sin Djuka, cumpliendo su sanción para estar limpio de polvo y paja en el derbi. Y sin Eric Ramírez, descabalgado del planteamiento y sin convencer. Sonó la campana y el farolillo rojo de la categoría desmontó al Sporting con una internada clásica. Un guantazo lanzado en un centro generoso de Víctor García. El envío pilló a Bogdan y Berrocal legañosos, de nuevo en la foto, y Zarfino castigó la ternura con un cabezazo fácil. Un 'deja vu' en la temporada. Fabián Rivero, relevo de Martí en el banquillo, torcía el morro. Y el balear, enjaulado en un palco, bramaba en su contacto con 'Monchi'.

El Sporting jugó despeinado desde el minuto dos, aunque fue desentumeciéndose. Pero el Alcorcón se apretaba bien atrás, con dos líneas de cuatro para cerrar. Tanto tráfico esposaba a los atacantes forasteros, que intercambiaban la posición de Villalba y Gaspar. El canterano apretó el interruptor en el primer acercamiento, con un toque dentro del área de Pablo Pérez. 'Puma' remató duro, pero centrado, esfumándose la ocasión en los guantes de Jesús Ruiz.

Con el tortazo en la frente, al galope siempre de Pedro Díaz y con Pablo Pérez guerreando, el Sporting espabiló. Pero sin sembrar lo suficiente para quitarse la mala pinta de un proyecto que pide a gritos terminar el año, con un derbi a la vista que parece una película de terror para el sportinguismo. No le iba la vida al Alcorcón en el envite, casi descendido, empapizando todavía más al equipo de Martí con las pérdidas de tiempo. Tampoco sacaba tajada el Sporting de las pocas ofensivas potables que ingeniaba. En la más clara, Villalba levantó el periscopio y dejó a Gaspar dentro del área. Pero el canterano no controló bien y definió mal. Su globo subió demasiado en una situación pintiparada. Las dos áreas, el problema.

Martí meneó el once y mandó un rato a 'Puma' al enganche, mudándose Villalba a la derecha. Zarfino despidió al Sporting con un pateo durísimo que se fue a córner por un pelo. El mosqueo de Martí fue en consonancia con la sacudida que pegó al regreso de la caseta. En una contorsión delicada y extraña, sobre todo por el descabalgamiento de Pedro, el equipo reanudó el partido con dos delanteros. Entró Campuzano. Y también Aitor, relevo de Gaspar. La transformación retrasó a Villalba, de mediocentro. El delantero catalán, fichaje de David Gallego, se presentó con un remate desviado a córner por el local Rivas.

Con Villalba dirigiendo la maniobra, el Sporting tuvo más sentido común, pero funcionaba al 'tran-tran' y su patio trasero insinuaba fugas. Rivera, extraviado en las últimas jornadas, fue sustituido por Gragera, invocando un pie más vertical. Sin tiempo para calentar pierna el mediocentro, Aitor salió zumbando en una conducción, que reposó en las largas piernas de Pablo Pérez, que lo conservó, para que Campuzano marcara su primer gol con el Sporting y se quitara el sambenito. Bingo. El delantero cabeceó después con mala uva. Pero estaba en fuera de juego.

Martí le dio los veinte últimos minutos a Eric Ramírez, decolorado desde su llegada en enero, camino de ser otro error. A la ducha se fue Pablo Pérez, maratoniano y descamisado. Con la lengua fuera. Sin el capitán, el equipo bajó en sus prestaciones. La salida de balón del Alcorcón fue más limpia. Y el brazalete pasó al bíceps de Aitor García. El último cambio del Sporting sacó al campo a Nacho por 'Puma'. El canterano partió de la izquierda, pero jugó como interior, asociado con Villalba y Gragera. Tanta modificación desorientó al equipo, que terminó sin expresión coral. Muy poquita cosa. Campuzano, de los pocos meritorios, siempre intentón, probó fortuna demasiado centrado. El partido ya había perdido el pulso. Como el Sporting, 'tirillas' al derbi.