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Un punto de frustración
El Sporting deja escapar la victoria en Tenerife, en un partido en el que fue superior y perdonó la sentencia, por un desajuste en la recta final
El primer gol de Róber Pier con el Sporting, superior al Tenerife colista durante 84 largos minutos, lo saboteó una secuencia de desajustes defensivos que dejaron al equipo en igualdad en el marcador, con cara de pocos amigos y empotrado contra las cuerdas hasta el pitido final. El local Yanis disparó la última, que picó, resultando de todo un empate de esos que hacen pupa por la cuenta de méritos que dejó en el retrovisor el Sporting.
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Se resiste la primera victoria a domicilio, que estuvo más cerca que nunca ante un Tenerife muy demacrado e inferior en el cuerpo a cuerpo. Y eso que los gijoneses tuvieron ventaja. Un partido gobernado y casi precintado, muy próximo al segundo gol en las botas de Dubasin, Guille, Nacho Martín y 'Campu'. Los cuatro en situaciones pintiparadas para descorchar y amarrar el triunfo que se fue al garete por la escasa resistencia que el equipo ofreció en un córner que los 'chicharreros' sacaron plácidamente en corto y fueron prosperando hasta la embestida de Diarrá.
Tenerife
Salvi; Mellot, Juande, León, Medrano (David Rodríguez, m. 45); Sergio González, Teto (Maikel Mesa, m. 71), Luismi Cruz, Waldo (Cantero, m. 59); Dani (Diarra, m. 45) y Enric Gallego (Yanis, m. 45)
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Sporting
Yáñez; Rosas, Curbelo, Róber Pier, Pablo García; Olaetxea, Nacho Méndez (Bernal, m. 61), Gelabert (Nacho Martín, m. 67); Dubasin (Kevin, m. 77), Queipo (Campuzano, m. 77) y Caicedo (Otero, m. 61).
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Goles 0-1: m.38, Róber Pier. 1-1: m. 84, Diarra.
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Árbitro Cid Camacho. Amonestó en el Tenerife Teto, Sergio González; y en el Sporting a Nacho Méndez, Pablo García.
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Incidencias
Y no pintaba mal el día, que arrancó revolucionado. Entre preocupantes bajas, dudas físicas y decisiones técnicas, Albés tuvo que meter un buen meneo al once. Cambios a granel por las circunstancias. Cinco con respecto al equipo que saludó al Racing hace una semana. Pepe Mel debió de quedarse tan ojiplático con el tuneo rojiblanco como el técnico vigués con lo que tenía enfrente, con la ventilación propia de la toma de posesión de un nuevo míster. Con todo, Albés alineó un once que entró por el ojo, interesante por el estreno titular de Gelabert y Caicedo, siempre con la discusión a cuestas de Nacho Martín. Un futbolista estable en rendimiento. Pero el criterio técnico no termina de verle para atornillarse al once. Por lo demás, de la necesidad, virtud.
Dubasin, Guille, en un uno contra uno, Nacho Martín y Campuzano tuvieron en sus botas el segundo gol antes del empate
El 'Tete' salió mandón, buscando la complicidad del Heliodoro, a medio gas y de uñas. Mucha butaca vacía en horario de vermú y comida. El Sporting no se arrugó, ganando peso los peloteros como Gelabert, Nacho Méndez y Queipo, asociados. El local Dani Fernández, de solo 16 años, era la gran atracción de casa con Teto, indultado por Mel y repescado para el mediocentro. El arranque fue pendular. Poca chicha. Ni Yáñez ni Salvi se despeinaron en una presentación atragantada. Exceso de respeto y munición de fogueo para disparar. Apenas hubo un remate mordido del gigante Enric Gallego que llegó manso al meta del Sporting.
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La influencia de Mel desde el banquillo fue desvaneciéndose en la guerra con el balón. Y sin que el Sporting fuera aún nada del otro jueves, su fútbol le dio para encañonar a Salvi, que salvó a su equipo. Queipo, siempre enchufado contra el Tenerife, armó un disparo dentro del área. El meta de casa voló para desviar el tiro. Una colleja para el 'Tete'. En el rechace se llevó un golpe en el rostro Caicedo. Calentó Otero. Solo un susto. El ecuatoriano siguió de patrulla en el ataque.
No estaba cómodo, en todo caso, el Sporting. Contra el ideario de Albés, su equipo pasaba demasiado tiempo amasando balón en su perímetro. Gelabert se retrasó alguna vez para estirar un poco a los suyos pilotando con su zancada y levantando el periscopio para las subidas por banda. Pero el partido seguía al 'tran-tran', impreciso. Algo más espigado y entero el Sporting, que volvió a dar las luces largas a Salvi con un centro de Pablo García, más canino el Tenerife, 'tirillas'. El lateral gijonés, de lo más potable de la primera mitad, volvió a surtir a Queipo y Caicedo con otro envío. Cortó a tiempo Salvi.
Sí tuvo un susto de aúpa el Sporting, indultado por un error de bulto de Gallego, lanzado por un intento de recuperación de Gelabert desde el suelo que salió rana. El balón fue rebotado hacia el delantero, en situación de definir ante Yáñez. Pero resolvió asistir atrás, sin compinches que le acompañasen. Un fallo mayúsculo para un delantero. Y un salvavidas para el Sporting, que, aún así, se veía cómodo. Poco exigido. Casi en chanclas.
De camino a la caseta, el Sporting se encendió en una estrategia de córner, con asistencia de cabeza de Dubasin, y castigó con el primer gol de Róber Pier como rojiblanco la flacidez del Tenerife atrás. Más problemas para los locales, con una palada de meses encima sin obrar una remontada. Gallego precintó un mal primer acto para los suyos con una patada al aire a un regalo del cadete Dani Fernández, aunque había fuera de juego. El mosqueo de Mel se manifestó tras el intermedio. Liquidó todo el frente de ataque y el lateral zurdo, metiendo bisturí. Tres cambios de la reflexión del diván del descanso.
El Tenerife salió arreando tras la sacudida, enchironando al Sporting, dedicado a la emboscada. Vertical en los contragolpes. Directo y primitivo, tranquilo en el guion. Sin estilismos y coqueteando con el 0-2. Tanto que una salida rápida, con un pateo largo de Queipo, despelotó a todo el Tenerife, en cueros. Solo dos jugadores perseguían a Dubasin, relamiéndose mientras corría a todo gas hacia Salvi. En el último momento, antes de apretar el gatillo, Mellot se lanzó al suelo y boicoteó al atacante. Al otro lado, los intentos del 'Tete', más nervioso, eran casi siempre disparos de catalejo.
Doble lateral
Con el duelo controlado, Albés movió lo justo. Solo abanicó las piernas de los suyos con el refresco de Bernal, relevo de Nacho Méndez, y de Otero, por Caicedo. Después, Nacho Martín. Futbolistas de rendimiento estable para mantener el fuego. Emparedada entre medias, se coló una mayúscula ocasión de Guille, aunque Salvi tapió su remate en un duelo bajo el sol. Mel quemó las naves a veinte minutos para el final agotando los cambios. Mesa, uno de ellos, testó a Yáñez en una situación con poco gas.
Más mala leche llevaba el Sporting en la vuelta. Un tiro de Nacho Martín salió tirando besos al poste izquierdo de Salvi. En la última vuelta de tuerca de Albés, Kevin se sumó a Guille en la banda derecha. Un doble lateral. Mucha carrocería. Campuzano, que no marcó por un pelo nada más salir, amplió el repertorio arriba. El delantero entró con una marcha extra. Fue la bandera del Sporting. El Heliodoro pitaba y se tiraba de los pelos.
El 'pero' forastero era la fina línea que había en la victoria, con el Tenerife bombeando balones, sin que el equipo manifieste aún fiabilidad para estas batallas. Así, en uno de esos envíos, con un centro de Cantero, Diarrá se aprovechó del mal reparto en las vigilancias y superó a Yáñez con un cabezazo alto. A partir de ahí no tuvo un buen final el Sporting. Un 'flan' tras el inesperado mamporro. Casi pidiendo la hora. La corona a un discreto inicio de curso. Un batallón de problemas físicos, poca cosecha y un proyecto demasiado justo para soñar.