A este Sporting de Gijón le falta cocción

La pretemporada sirve para hacer pruebas y para probarse y este sábado el Sporting de Gijón salió del Marqués de la Vega de Anzo dejando la sensación de que queda trabajo por hacer. El Racing de Santander de José Alberto, sin hacer nada del otro mundo, le endosó un 0-2 tras dos acciones, casi las únicas de los santanderinos en ataque en todo el partido, en las que los rojiblancos demostraron, como bloque, debilidad defensiva. Las nuevas piezas con las que cuenta Asier Garitano, que no pudo disponer de Dubasin ni Nacho Martín, aún se tienen que engranar.

Salió el Sporting al Marqués de la Vega de Anzo, lleno hasta la bandera y con presencia de aficionados cántabros, con aires renovados respecto a la alineación de Miramar. Estreno de la pareja Pablo Vázquez y Lucas Perrin en el centro de la zaga y aire para Pablo García y Guille Rosas, que lució el brazalete de capitán. Otra dupla que se encontró por primera vez fue la formada por Justin Smith y Corredera. En el frente de ataque, solo Otero por el ausente Dubasin.

La alegría de los cientos de aficionados del Sporting duró bien poco. Una pérdida en el primer balón en juego sin aparente peligro fue aprovechada por el Racing, que en pocos pases dejó a Jeray en la banda derecha en posición franca para dar un centro atrás a Vicente, quien definió sin oposición. No había pasado ni un minuto de juego. El gol en contra despertó al Sporting, que empezó a ganar en intensidad, pero sin acercarse a Jokin.

La presión alta rojiblanca obligaba al Racing a recular, cómodo con la situación. Los de Asier Garitano encontraron el hueco en la banda izquierda, donde Pablo García puso un centro que Caicedo, en el punto de penalti, remató fuera. Lo intentó después Gaspar sin encontrar la portería. Los rojiblancos estaban instalados en el campo rival, azuzados por el gol en contra y con la línea defensiva muy alta.

El partido entró en punto muerto, con más ganas que cabeza en ambos equipos. Lo intentaba Justin Smith, con buenos destellos de centrocampista, pero el encuentro no salía del atasco, con Gelabert anulado por la superpoblación de camisetas verdes en el centro del campo. Gaspar y Caicedo pudieron romper la tendencia. El canterano se fue hacia dentro para filtrar un pase de los que hacen salivar a los delanteros que el ecuatoriano estrelló contra Jokin, rápido en la salida. La apuesta por la presión alta del Sporting empezó a dar frutos. Corredera, un pulmón con muy buen pie en el centro del campo, se aprovechó de un error rival para trazar una diagonal dejando atrás piernas santanderinas. Acabó demasiado escorado, obligado a un lanzamiento manso.

Poco se sabía del Racing, tan a gusto cerrando líneas de pase, sin dar tajo a Christian Joel, hasta que Vicente se fue por la banda izquierda y coló un pase entre la pareja de centrales que dejó a Jeremy solo para rematar. Un golpe de los que duelen muy cerca ya de un descanso que los rojiblancos agradecieron, superados en los últimos minutos por el Racing.

Asier Garitano dio aire al equipo con cinco cambios, pero dejando el mando del centro del campo en Corredera y Justin Smith. José Alberto López solo recurrió a Michelin. De nuevo el partido se jugaba en campo del Racing. De nuevo sin apuros para Jokin, que estaba de miranda, viendo cómo cada vez que su equipo se estiraba ponía los nervios de punta a la grada. Sin ocasiones pasó el primer cuarto de hora, cuando se completó la renovación total del Sporting, dando minutos a muchos canteranos. José Alberto también refrescó el once con otras tres sustituciones. Muchos minutos tuvieron que pasar para que llegase algo de electricidad a la grada. Un buen control de Amadou permitió la entrada de la segunda línea para que Mancha llegase al fondo y pusiese un centro con peligro, pero sin consecuencias. La tuvo después Kevin, que no se atrevió a tirar tras una buena internada y se la dejó a Queipo, tapado para rematar. Mancha, muy activo en la derecha, generó varias acciones de peligro, muertas en el último pase. El empuje rojiblanco, que dominó al Racing, sirvió de poco a los rojiblancos, incapaces de dar trabajo a Jokin.

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