Rubén Albés: «A ver cómo de 'redondos' tenéis los pies»

«La clave está en la precisión en cada una de las acciones. Ahora mismo tenéis los pies 'redondos', vamos a ver cómo de 'redondos' y cuántos pases dais bien». Así arrancó el primer entrenamiento con balón del Sporting, liderado por la retadora voz de Rubén Albés. Simpático, cercano y exigente con sus futbolistas durante casi hora y media de reloj. Una sesión vespertina que nació achicharrante y luego, con 'boina' en el cielo, fue enfriando.

Cote fue el primero en asomar por el campo número 4, impecable para la ocasión. Luego llegarían Mbemba, Christian Joel, Iker Martínez... Y los nuevos: Curbelo y Olaetxea, juntos, y, un par de minutos después, Bernal. Varane, con nuevo corte de pelo, recibió una sonora ovación de los niños del Campus que dibujaron un pasillo humano. El finlandés Henriksson, nuevo portero del filial y con presencia en el primer equipo (estuvieron tres guardametas en la sesión), llamó la atención por su rubia cabellera y sus 2,01 metros de altura.

Albés descendió al campo, entre unos y otros, vestido de corto, con las medias altas, bromista y cómplice con el recibimiento de los niños. Su cuerpo técnico ya inspeccionaba el terreno. La fase más protocolaria y plástica rompió el hielo. Llegaron las clásicas fotos de grupo, del nuevo cuerpo técnico, de los canteranos y de los jugadores que subieron del filial. Se echó en falta a Queipo, completando los chequeos médicos en el Hospital de Covadonga, pero luego se sumó al día, con Juan Otero en Gijón, pero todavía ausente. A Jordy Caicedo se le espera ya la próxima semana.

Antes de que el balón rodase, Rubén Albés se reunió en un círculo con sus jugadores. Eran las 18.05 horas, con un calor asfixiante, cuando el técnico gallego pronunció sus últimas palabras antes de la actividad. Fueron inaudibles para los que presenciaban la sesión en las instalaciones de Mareo, pero todos los jugadores explotaron en una carcajada. «Vamos allá, un poquito de ilusión», reclamó el vigués.

25 futbolistas pasaron por el campo durante la tarde, aunque el grupo menguaría por la convivencia de los chequeos en estos primeros días. Nacho Méndez, Cote, Oyón y Pablo –con un virus– se retiraron. Cada uno con sus programas y dinámicas, pendientes de reconocimientos. Los dos primeros se mantendrán a menor ritmo en este arranque por las lesiones con las que terminaron el año. Albés se situó en el centro del campo, entre Iván Cabezudo y Toni Madrigal, y supervisó todo el calentamiento del equipo.

El balón llegó pronto. Y con él, la reconocible voz de Rubén Albés, hablador. «Eso es, tenso, tenso. ¡De diez!», aplaudía, con la mano sujetando su barbilla. El técnico introdujo su terminología. «Bajo presión, la 'mato'. ¡Bien 'matada' esa pelota! ¡Eso es un 'caramelo'!», valoró. «¿Cómo me hiciste caso, eh, Jesús?», bromeó con Bernal.

Antes de la primera media hora, el entrenamiento paró para que los jugadores se hidratasen. La sesión prosiguió con un gran rondo, encaminado a mantener la posesión. A la hora, el entrenador rojiblanco mantuvo un breve encuentro con Toni Madrigal, consultando unos apuntes, mientras que Gerardo García seguía el día desde un banquillo junto a Odin Vite. Queipo se retiró.

A partir de ahí hubo un partidillo, con Albés de observador. Un nueve contra nueve hasta la mitad del campo, con defensa de cuatro, Róber Pier de mediocentro y Lozano a pierna cambiada. Bloch apareció para despedirse de sus compañeros, con el dron de Caco Morán captando todo desde las alturas. Yáñez; Iker, Curbelo, Kembo; Campu, Varane, Róber Pier, Olaetxea; y Milo. Al otro lado, Christian Joel; Guille, Diego, Montes, Bernal; Lozano, Nacho Martín, Gaspar y Amadou. La sesión concluyó con una serie de carreras y los clásicos estiramientos. «¡Qué pasa titán!», le espetó Albés a Gerardo García para cerrar la primera jornada en el exterior.