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El gerente de La Rectoral, Antón Puente, en la terraza de La Rectoral. :: I. GÓMEZ
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Occidente

Un cuatro estrellas con buena salud

El complejo hubo de esperar a que llegara la luz eléctrica desde Vegadeo, antes de su inauguración en 1986 La Rectoral de Taramundi, pionero del turismo rural español, cumple 25 años

ISABEL GÓMEZ

Lunes, 14 de febrero 2011, 10:27

La marcha de los jóvenes y las escasas oportunidades de trabajo amenazaban a finales de la década de 1970 el futuro de Taramundi. Eran necesarias medidas urgentes y las administraciones públicas debían dar el primer paso. Al menos, así lo entendieron entonces el Ayuntamiento y el Principado, que encargaron al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) un estudio sobre las posibilidades del territorio y «la idea más novedosa que nos aportó fue la de crear un núcleo de turismo rural, porque había encuestas que decían que la gente de ciudad buscaba alojamientos de calidad en la zona rural». Así lo relata el alcalde, Eduardo Lastra, cuya decisión contribuyó a crear La Rectoral, el primer complejo de turismo rural de España que ahora cumple 25 años.

La iniciativa requería la colaboración del Principado, que asumió la compra de la antigua casa del cura. Pero antes de plantearse la rehabilitación del edificio, era necesario dotar a la villa de infraestructuras básicas. Así, al tiempo que en los despachos se diseñaba un complejo turístico de cuatro estrellas, en las calles taramundesas se trabajaba en la instalación de la luz eléctrica: «La luz llegó estable desde Vegadeo en 1982 y La Rectoral se abrió en 1986», recalca Lastra, para demostrar la firmeza del compromiso que adquirieron las administraciones con el proyecto turístico, a pesar de que «era una apuesta muy arriesgada».

Sin embargo, «nos teníamos que agarrar a algo, porque teníamos que generar algún tipo de economía que creara empleo y dejara a la gente en la zona», explica el alcalde. Y, desde luego, la iniciativa funcionó.

La promoción realizada por el Gobierno regional y la rápida consolidación de un mercado gallego, pronto hizo de La Rectoral un destino de calidad que fomentó el turismo, la artesanía y el comercio: «Cuando abrió, no había ni una plaza de alojamiento y hoy hay más de 300; apenas quedaban seis artesanos y hoy hay más de 30. Todo lo que se hace en Taramundi, se vende en Taramundi», enumera Lastra, que sostiene que el hotel «puso a Taramundi en el mapa».

Calidad y servicio

Esto lo confirma el gerente de La Rectoral, Antón Puente, del grupo Arcea Hoteles, al que la sociedad mixta que dirige el hotel -integrada por el Ayuntamiento, el Principado y 15 empresarios del sector- adjudicó su gestión hace casi dos años: «Todo el que ha querido hacer algo de turismo rural, ha pasado por aquí», anota.

Por eso, no ha resultado difícil encontrar ponentes dispuestos a participar en el congreso nacional de turismo que se celebrará en el complejo entre los días 22 y 25 de marzo para analizar el pasado, el presente y el futuro del turismo rural en España.

Durante ese encuentro «trataremos de fortalecer la idea de que el turismo rural nació entre estas cuatro paredes», comenta Puente, mientras señala la antigua casa rectoral en la que se ubican la recepción, la cafetería, el restaurante y varios salones comunes, que hoy se completan con 18 habitaciones.

Además, se analizarán los retos del sector, entre los que destaca, a juicio del gerente, «la necesidad de compatibilizar el menor poder adquisitivo de los clientes, con el mantenimiento de la calidad y unos precios más competitivos».

En este contexto, La Rectoral cuenta con el valor de su exitosa trayectoria que «siempre dio un gran servicio al cliente», afirma Puente, que considera que el turista llega a Taramundi buscando «sorprenderse» y lo consigue en cada rincón de una villa que ya no se concibe sin La Rectoral.

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