Asturias afronta cinco días de ola de calor después del julio más lluvioso desde 1996

Hasta el próximo martes no se prevé la llegada de las lluvias a Asturias y, con ellas, el descenso de las temperaturas. La región afronta una ola de calor de cinco días que comenzó ayer con una máxima que alcanzó los 36,7 grados, según registró la estación meteorológica de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico en San Antolín de Ibias. Fueron muchos los puntos de la región que superaron los 30 grados y en el litoral rondaron los 28. Demasiado calor para los asturianos, aunque no tanto para los visitantes, que llegan al Principado huyendo de las temperaturas extremas que se registran en el centro de la Península.

La de ayer fue una jornada en la que las playas se llenaron de bañistas, mientras que en el interior era más difícil combatir el calor. Así, en Oviedo la ausencia de playa agudizó el ingenio. Las zonas verdes y las numerosas fuentes de la ciudad se convirtieron en improvisados lugares de refresco y esparcimiento para los ovetenses. El soleado parque de Santullano o la sombra que ofrece el Campo de San Francisco fueron algunas de las soluciones al calor del mes de agosto, al igual que las piscinas municipales.

La gijonesa playa de San Lorenzo también tuvo ayer una gran afluencia. Que a ratos ondeara la bandera roja en la zona centro del arenal no fue impedimento para que gijoneses y visitantes se acercaran a disfrutar del Cantábrico. También los merenderos de la ciudad fueron otros de los lugares preferidos para hacer frente al calor. Los arenales reinaron ayer en Asturias y pudieron ser verdaderamente disfrutados por los bañistas ya que fueron pocas las playas en las que se tuvo que izar la bandera roja, como sí sucedió en Bayas (Castrillón), Andrín (Llanes) y Otur (Valdés).

También ejemplo de ese disfrute fue el arenal de Salinas. Sombrillas y mucha gente refrescándose en el agua era lo que se podía ver a lo largo de toda la playa. «Hace mucho calor, pero lo que peor llevo es la humedad» comentaba Javier Doval. Y, ante el calor, la mejor opción para muchos era meterse en el agua. «Yo venía a tomar algo a una terraza, pero he acabado bajando a darme un baño, no aguantaba el calor», admitía Javier Alonso. Unas temperaturas que, si bien invitan a comer helados, lo cierto es que alejan a los visitantes de ellos. Carolina trabaja en una de las heladerías del paseo de la playa y lo tiene claro: «Vendemos mucho más los días nublados, cuando la gente viene a pasear. Si hace calor y todo el mundo está en la playa, nunca hay tanta cola».

Asturias afronta esta ola de calor después de haber soportado el tercer mes de julio más lluvioso desde 1981. Según avanzó la delegación en Asturias de la Agencia Estatal de Meteorología, solo fue superado por los meses de julio de 1983 y 1996. Además, también fue el segundo julio con más días de tormentas y mayor número de descargas eléctricas, tras el de 2006. En cuanto a las temperaturas, fue un mes «muy cálido».

Y si cálido fue julio, más lo va a ser agosto, al menos hasta el próximo martes. Ayer se superaron los 30 grados en lugares como Cangas del Narcea (33,4), Pola de Somiedo (32), Aller, Sama, Ribera de Arriba y Piloña (31,3), o Pravia y Lena (30,3). Oviedo alcanzó los 27,9, mientras Gijón se quedó en 26,3, Avilés, en 25,9 y Llanes, en 23,7. La previsión indica que hoy se mantendrá la misma tónica, mientras que el fin de semana las temperaturas máximas podrían bajar dos o tres grados. El lunes se volverán a disparar, esperándose unos 36 grados en San Antolín de Ibias y Cangas del Narcea; en la costa se llegará a 28. Y entre el martes y el jueves de la próxima semana, de nuevo lluvias y unas temperaturas que apenas superarán los 20 grados.