Alcoa mantendrá las plantas de Avilés y La Coruña si soluciona la tarifa eléctrica

La dirección en España de la multinacional Alcoa abrió ayer una puerta a la continuidad de las fábricas de Avilés y La Coruña: conseguir sendos paquetes de 90 megawatios para las dos fábricas en la segunda subasta de interrumpibilidad eléctrica, anunciada por el Ministro de Industria, José Manuel Soria, aunque aún no se conoce la fecha. Rosa Piñeiro, presidenta de Alcoa España, se comprometió «personalmente» a mantener la actividad si se da esa condición. De esta manera, la empresa retiraría el expediente para el despido colectivo anunciado el pasado lunes, 1 de diciembre, a los comités de empresa de ambas factorías. Ese es el principal mensaje de la reunión de casi cuatro horas de duración celebrada ayer en Madrid entre la dirección de la empresa y los representantes de los comités de Avilés y La Coruña.

Como se recordará, el pasado noviembre, mediante el mecanismo de una subasta a la baja se adjudicaron los paquetes de interrumpibilidad para el próximo año en la industrias. La empresas optaban a paquetes de 90 y 5 megawatios, con ofertas a la baja. La interrumpibilidad permite que la empresa deje de recibir esa cantidad de electricidad si existen momentos de demanda de toda la red que aconsejan suspender el suministro energético. A cambio, la compañía recibe una contraprestación económica.

Alcoa, donde la energía eléctrica representa el 40% del coste de producción de una tonelada de aluminio en Avilés, pujó por seis lotes de 90 megawatios. Tan sólo logró tres para la planta de San Ciprián, su mayor centro de producción en Europa, y ninguno para Avilés y La Coruña. En esta situación, la empresa decidió el despido colectivo en ambas fábricas, lo que todo el mundo entendió como el anuncio del cierre de las mismas . En Avilés implicará el despido de 414 personas y 400 en La Coruña, además de un centenar de trabajadores de empresas auxiliares.

«Voluntad de continuar»

En la reunión de ayer, Rosa Piñeiro ratificó «la voluntad de continuar» en España, pero apuntando que sin los lotes de interrumpibilidad era «imposible». Sin esas condiciones, en Avilés el coste se incrementaría en 300 euros en cada tonelada, lo que provocaría unas pérdidas que la compañía no podría soportar.

Por ese motivo, desde la dirección de la compañía se confirmó a los sindicatos que se mantenía abierto el proceso para negociar el despido colectivo con el objetivo de cerrar las fábricas. De esta manera, por primera vez desde que el pasado lunes se entregase la carta a los sindicatos, representantes oficiales de la empresa reconocían que cerrarían las plantas a partir del próximo uno de enero si no logran una energía a unos precios «razonables». Esa fue la versión de los sindicatos. En cambio la empresa, que no facilitó ningún tipo de comunicación oficial, matizó anoche a LA VOZ DE AVILÉS que en caso de no conseguir el objetivo en la subasta, «nada estaría decidido» y tendría que analizarse qué hacer a partir de ese momento. Y, en cambio, si se consigue, se suspendería el proceso de consultas para los despidos.

La empresa subrayó en la reunión el interés por mantener su actividad en España, aunque incidiendo en la necesidad de unos costes energéticos asumibles. Es el mensaje que la dirección de la multinacional está transmitiendo al gobierno en los diferentes contactos que se vienen manteniendo en los últimos días a los máximos niveles.

De momento, no existen más datos sobre la segunda subasta de interrumpibilidad, más allá de que el propio ministro de Industria ha confirmado su realización. No se conocen las fechas, aunque en Alcoa se trabaja con la expectativa de que pueda convocarse entre el 17 y el 18 de diciembre.

La nueva adjudicación depende de una orden ministerial que el titular de Industria deberá publicar en el Boletín Oficial del Estado para que Red Eléctrica de España organice el proceso y formule la propuesta de adjudicación que deberá autorizar la Comisión Nacional de la Competencia.

La convocatoria de la subasta ya despejará alguna duda. En la primera subasta se ofertaron paquetes de 90 megawatios y de cinco. Los primeros se destinan a los grandes consumidores mientras los segundos son adecuados a las empresas con menores necesidades. Los lotes de 90 se agotaron en su totalidad, mientras que quedaron sin adjudicar varios de cinco. Precisamente, esa es una de las incógnitas que aún no ha aclarado el ministerio: si la repesca se limitará a volver a ofertar los lotes de cinco o creará nuevos de 90. Desde Alcoa, el mensaje en la reunión fue claro: la supervivencia de las instalaciones pasa por conseguir sendos lotes de 90 para Avilés y La Coruña. Si no aparecen en la subasta, se irá el cierre.

La dirección también avanzó que si, junto con los paquetes de 90, aparecen algunos de 5, también se presentaría por ellos. Lograrlos permitiría mejorar su rentabilidad. Pero en ese sentido, son secundarios para la supervivencia de la actividad.

Durante la reunión de ayer, los sindicatos también preguntaron por lo sucedido en la primera subasta. La compañía confirmó que había participado, aunque dos razones explican que no alcanzase los objetivos esperados. El primero es que se ofertaron menos bloques de 90 de los esperados. A ello se une la concurrencia de un mayor número de empresas que, con unas menores necesidades energéticas, pudieron presentar ofertas más bajas.

A partir de ahí, toda vez que esas compañías ya han cubierto sus necesidades en la primera subasta, la teoría es que no se presentarán en el nuevo proceso, con lo que Alcoa debería tener más facilidades para alcanzar su objetivo. Al margen de esas especulaciones, el mensaje de la empresa no deja lugar a dudas: se hará la mejor oferta posible.

«Esperamos una solución»

El presidente del comité de empresa de Alcoa Avilés, Daniel Cuartas, se mostraba cauto a la salida de la reunión. Cuartas mostró su esperanza en que «el gobierno solucione el problema existente».

En la reunión todos los representantes sindicales reclamaron la retirada del expediente de despido colectivo. En principio, la voluntad de la dirección es convocar a los sindicatos para una nueva reunión el próximo martes, 9 de diciembre.

Ese encuentro implicará la apertura formal de las negociaciones para las condiciones del despido colectivo. Sin embargo, no quedó claro si las dos plantas se negociarán en un mismo proceso o de forma independiente; incluso ayer existían dudas sobre el lugar de celebración de las reuniones: en cada emplazamiento o en Madrid.