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Un técnico realiza comprobaciones ante uno de los pedidos en la planta de Esalrod, del Grupo Aleastur, en el polígono de Maqua.
El mayor polo industrial de Asturias, sin apoyos

El mayor polo industrial de Asturias, sin apoyos

Avilés y comarca, una de las zonas industriales más destacadas de Europa, sufre el abandono de las administraciones públicas

JOSÉ MARÍA URBANO

Domingo, 7 de diciembre 2014, 01:05

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Avilés y comarca, el mayor polo industrial de Asturias, uno de los más destacados de este país y una de las zonas industriales más importantes de Europa padece el abandono de las administraciones publicas, a medio camino entre el olvido y la indiferencia. El Gobierno central acaba de dar una muestra más de esa falta de compromiso, con la ausencia de una política adecuada en un asunto como el de la energía, que afecta en este área a tres de las cinco fábricas que más electricidad consumen en España. La gravísima crisis de Alcoa, la multinacional del aluminio que ha lanzado el órdago del cierre y con él el despido fulminante de los 415 trabajadores de su plantilla, más otros doscientos como mínimo de auxiliares e indirectos, constituye el último ejemplo de la ausencia de una política de apoyo a la gran industria, al revés de lo que el Gobierno hace con sectores como el del automóvil, de lo que se benefician de forma permanente varias comunidades autónomas.

Y si el olvido del Gobierno central es clamoroso para con Avilés en éste y otros aspectos, como el de las infraestructuras, la indiferencia del Gobierno regional raya en ocasiones con la provocación. Sólo así puede entenderse que proyectos vitales para apoyar a la industria, como la ronda norte o los accesos al PEPA lleven casi diez años planteados sin que se haya avanzado ni un metro o se 'entretenga' a la ciudad con consignaciones presupuestarias tan exiguas como irritantes. Ésta es la historia de un abandono.Avilés y su comarca llevan años constatando que prácticamente ninguno de sus grandes proyectos industriales son de «interés general» en una región en la que el desconocimiento sobre la realidad de esta comarca es patente. Los ejemplos son tantos y tan claros que abarcan todos los sectores de actividad, de la industria a la cultura, de las infraestructuras a la educación, y nada digamos de la política respecto al peso específico de esta ciudad en los distintos partidos políticos.

Cuando al final de la década de los noventa se contempló la posibilidad de que empresas como Asturiana de Zinc o Saint-Gobain pudieran acceder a alguna de las líneas de subvención recogidas en los fondos mineros, la contestación encontrada desde instancias sindicales de las cuencas mineras fue inmediata. Más tarde, cuando el entonces presidente del Principado, Sergio Marqués, dijo que adelante con esas ayudas, un sindicato como el SOMA y un líder como José Ángel Fernández Villa cambiaron radicalmente el discurso para significar «la solidaridad de las comarcas mineras con el resto de Asturias». Cuando una multinacional clave de la industria regional como es Asturiana de Zinc se plantea aprovechar una escombrera en Gijón para utilizarla como depósito del jarofix -el sistema de almacenaje de residuos previo a un tratamiento que los hace inocuos- fue la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, la que zanjó la cuestión, dejando sin efecto el acuerdo previo de su antecesora en el cargo, al sentenciar que la petición y la necesidad de la compañía «no son de interés general».

Esta misma semana, la Fade, representante de toda la patronal asturiana, hizo una valoración de la Zalia como el gran polígono «al que deben ir» las grandes empresas de bienes de equipo para «favorecer a El Musel». Y también esta misma semana, la presidenta del mismo puerto, aseguró que los estamentos públicos apoyan su proyecto de conseguir para El Musel la ubicación de las grandes empresas del sector industrial.

Avilés, su comarca, no aparecen por ninguna parte en todos esos planes, pese a que su puerto y su ayuntamiento, por ejemplo, son socios fundadores y accionistas de la Zalia -hoy, en ninguno de los dos estamentos se reconoce que esa presencia tenga sentido alguno, aunque oficialmente los intereses políticos eviten un pronunciamiento oficial en esa dirección-; o que en sus polígonos industriales se asienten las grandes empresas de producción de bienes de equipo y nuevas tecnologías, excepción hecha de Duro Felguera, Thyssen y poco más.

La sensación que se vive desde Avilés desde cualquier ámbito con el que se consulte es que nada de lo de esta comarca, cuando se habla de grandes proyectos, parece «de interés general».

La voz de alarma

El sorprendente anuncio del pasado lunes por parte de la dirección de Alcoa, por el que planteaba un expediente de despido colectivo para los 415 trabajadores de la planta de Avilés y otros tantos de La Coruña, inmediatamente después de saber que no había conseguido ningún servicio de interrumpibilidad eléctrica para estas dos plantas, refleja a la perfección el abandono y el desinterés del Gobierno central por un área industrial que posiblemente no tenga un espejo similar en el que mirarse en todo el territorio nacional dada la importancia y el volumen de sus empresas.

De la misma forma que el Gobierno articula políticas de ayuda a sectores y territorios tan concretos como el del automóvil, aquí, en el mayor polo industrial de Asturias, se sigue esperando por una solución a un problema tan grave como es el del precio de la energía, como corresponde a un territorio en el que se asientan tres de las cinco fábricas que más electricidad consumen en España: Alcoa, Asturiana de Zinc y ArcelorMittal. El último invento de la subasta eléctrica tiene todos los defectos de los que huyen las empresas: incertidumbre y precios no competitivos. O lo que es lo mismo, terreno abonado para la deslocalización de las grandes multinacionales, que a diario reciben planteamientos mucho más ventajosos para sus cuentas de resultados en sitios tan dispares como Estados Unidos, China, Oriente Medio o África. Sirva un ejemplo: si ArcelorMittal llevara toda su producción actual de acero en Europa a Estados Unidos, sólo en la factura eléctrica se ahorraría en este momento 1.000 millones de euros. Y si Europa tiene un problema de competitividad, habrá que imaginarse dónde se sitúa España en este escenario si cuenta con un precio de la energía de entre un 25 y un 30% más caro que sus competidores europeos.

El abandono del Gobierno central con el polo industrial de Avilés y comarca en el caso de la electricidad, con ser sangrante, no es el único. Ahí está para corroborarlo todo lo relativo a las comunicaciones, participando, directa o indirectamente, del bloqueo de actuaciones que llevan años planteadas y que son básicas para el ordenamiento y la competitividad de los tráficos para atender a las empresas y al puerto. De la barrera ferroviaria es preferible no hablar, entretenido como está ahora el Ministerio de Fomento con ese conejo sacado de la chistera que supone el estar estudiando la llegada del AVE a Avilés, ciudad a la que no llega ni de la que parte ningún servicio de larga distancia prácticamente desde el siglo pasado. O lo que es peor, apenas si tiene conexiones con los que parten o llegan a Oviedo y Gijón.

El Gobierno regional

Lo del Gobierno regional que preside Javier Fernández para con Avilés es mejor calificarlo con el simple relato de los hechos y los datos. Y para ello hay que hablar de proyectos que llevan planteados desde hace diez años. Alguno no tiene todavía ni un dibujo hecho que haya obtenido la luz verde para iniciarlo.

La ronda norte se perdió en el camino por la falta de valentía política de los anteriores gobiernos, que sucumbieron a planteamientos hiperlocalistas, sin tener en cuenta que un puerto del Estado como el de Avilés sí es de interés general. Y ahí sigue ahora, enfangado como siempre en esa pugna política Madrid-Asturias para ver de quién es la culpa de que no se haga nada.

Pero donde el Gobierno regional ha mostrado su total falta de sensibilidad para con el desarrollo y potenciación del mayor polo industrial de Asturias es en la comunicación interna hacia el PEPA y a los nuevos muelles y nueva zona logística del puerto de Avilés, un puerto puesto hoy ya como un modelo de adaptación a la nueva economía productiva.

El puerto ha conseguido con sus ampliaciones en la margen derecha «descubrir» un nuevo nicho de negocio abierto a enormes posibilidades para la riqueza y el empleo de esta comarca. Algo que se explica con la presencia en el ámbito del PEPA de las empresas de bienes de equipo más relevantes de este país, líderes mundiales en algunos sectores como el de las energías renovables, como es el caso del Grupo Daniel Alonso, al que se suman compañías como Idesa -ya en la misma órbita empresarial anterior- o Asturfeito, que acaba de asombrar a toda la sociedad asturiana por su capacidad para introducirse en el mundo de las tecnologías más avanzadas, justo cuando cumple 25 años de su fundación. Esa conjunción de empresas ha hecho del puerto un enclave especial para el desarrollo actual y futuro de esos nuevos mercados.

El puerto ha conseguido con sus dos nuevos muelles activar una zona logística de privilegio, en la que esas empresas -situadas, la más lejana, a 3.000 metros desde sus naves hasta el cantil de atraque de los barcos- pueden utilizarlos como área de almacenaje y también de montaje de las grandes piezas antes de su embarque. Ahora mismo, el Grupo Daniel Alonso está acondicionando al lado, al norte de la fase I de las obras de ampliación, una parcela de 41.300 metros cuadrados para almacenaje y tratamiento de piezas de acero destinadas al tráfico portuario, y en donde se construirá una nave industrial. El plazo de concesión es por 10 años prorrogables por otros 5, según acuerdo del consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de 18 de diciembre de 2013.

Además, el puerto, junto con el Ayuntamiento de Avilés, tiene firmado ya un convenio con Acciona para la compra a esta última del terreno que ahora explota como cantera. En ese momento, la zona logística del puerto aumentará en otros 152.000 metros cuadrados.

Por último, el puerto ha firmado ya con ArcelorMittal el convenio para conectarse con su red de ferrocarril, de forma que estos dos nuevos muelles y toda la zona logística podrá utilizar desde la misma línea de atraque la red interna de Arcelor que llega hasta Nubledo, y a partir de ahí entrar ya en la red nacional de ferrocarril, conectado con todo el país.

Pues bien, un proyecto de esta envergadura, posiblemente uno de los más importantes que están planteados en este momento en Asturias, que supone dar servicio a las empresas de bienes de equipo más destacadas de esta región -un proyecto industrial que no está sujeto a condicionantes ni lastres económicos de ningún tipo-, no sólo no ha despertado el interés del Gobierno central y el autonómico para plantear una nueva carretera en esa zona -por la que transitan a diario al menos 100 camiones procedentes de Asturiana de Zinc para el depósito de jarofix en la cantera de El Estrellín- , sino que el proyecto que se diseñó en 2005 para conectar la 'Y' con el PEPA desde La Marzaniella está paralizado desde 2007 tras iniciar las obras y toparse con un 'imprevisto': una torre de alta tensión propiedad de Hidrocantábrico que da servicio a ArcelorMittal. Siete años de parálisis ha costado el imprevisto. El Principado ha dedicado este año un millón de euros para 'entretener' una inversión que inicialmente rondaba los 35 millones, y acaba de anunciar otros 4,5 millones para el próximo presupuesto, pero, eso sí, sin resolver otro problema que amenaza con un nuevo frenazo. Gobierno central y autonómico todavía no han resuelto el último contratiempo: la dificultad que existe para que la Y tenga otro 'pinchazo' de entrada y salida, orientado básicamente al tráfico pesado, debido a que el acceso de Parque Astur está muy cercano. Siete años después, una obra imprescindible para el mayor polo industrial de Asturias sigue perdido en el trámite administrativo que uno y otro gobierno se muestran incapaces de resolver. (Como simple apunte al margen. El aparcamiento subterráneo del Centro Niemeyer nunca se ha abierto y por lo tanto lleva cuatro años cerrado por el mismo motivo: el Gobierno central y el autonómico no se ponen de acuerdo en un trámite administrativo para adivinar quién es quién en esta historia. Los coches, mientras, aparcan en una parcela llena de barro).

Según la consejera de Fomento, en su última intervención en el Parlamento del jueves pasado, «nuestro horizonte para finalizar la obra es 2017», refiriéndose así a un enlace considerado crucial para dar servicio a todas las empresas del PEPA, base del polo industrial mencionado.

La Cámara de Comercio de Avilés, los secretarios generales de UGT y CC OO de la comarca, la asociación que aglutina a los polígonos industriales y en general todas las entidades de la sociedad civil llevan años denunciando la falta de atención que sufre Avilés y comarca por parte de las administraciones públicas y los gobiernos de turno, pese al potencial industrial del que aquí se dispone, alertando de continuo del riesgo de deslocalizaciones precisamente por el abandono en cuestiones como la energía o las infraestructuras que padece el polo industrial clave para la economía de Asturias.

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