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Miguelín, ayer, en La Cruz.
«Mi hijo, por encima del fútbol»
Fútbol

«Mi hijo, por encima del fútbol»

Miguel Fernández, 'Miguelín', dimite como entrenador del Ceares para cuidar a su vástago de 7 años, del que acaba de obtener su custodia

IVÁN ÁLVAREZ

Viernes, 25 de septiembre 2015, 03:44

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«Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso». La frase la acuñó Bill Shankly, carismático técnico escocés, en uno de sus característicos arranques de grandilocuencia cuando se dirigía a la prensa inglesa. El que está considerado mejor entrenador de la historia del Liverpool estrechaba el vínculo con la fiel hinchada 'red' con citas que pasaron a la posteridad y que, sin embargo, cuesta trasladar literalmente a la cotidianidad.

La pasión por el fútbol corre por las venas en muchos compañeros de profesión del fallecido Shankly, pero a pesar de esa veneración a lo que envuelve a un terreno de juego no pueden supeditar todos los aspectos de su vida al deporte. El lazo familiar es fundamental en cualquier persona y, a menudo, brújula por el que orientar el sendero vital trastocando otros ámbitos. Y así le ha ocurrido a Miguel Ángel Fernández, 'Miguelín', entrenador del Ceares, quien se ha visto obligado a presentar su dimisión para encargarse del cuidado de su hijo, de 7 años. Un juez acaba de darle la custodia de su vástago y el técnico cearista no tiene duda alguna: «Mi hijo, por encima del fútbol».

«Me voy con mucha pena porque estaba disfrutando de esta oportunidad que me dieron el año pasado, pero no hay otra solución porque por la semana tengo que estar con el niño y no lo puedo compaginar», explica Miguelín. A él le dedicará las tardes que hasta el momento pasaba preparando a la plantilla del Ceares en La Cruz, feudo inexpugnable del conjunto gijonés en este inicio liguero. Un escenario en el que había cosechado 9 de los 12 puntos que engalanan su casillero y le había aupado a la zona noble de la clasificación, ubicado en la cuarta plaza.

El amor paternal colma de felicidad al técnico gijonés, orgulloso de tener cerca a su hijo, pero no termina de ocultar un regusto amargo por tener que decir adiós a un grupo de futbolistas con los que ha convivido casi diariamente durante más de un año en La Cruz. «Por una parte estoy muy contento porque voy a estar con el niño, pero por otra dejo a un gran equipo y a un gran vestuario», confiesa Miguelín sobre una despedida que no será inmediata, ya que para no interferir en el buen arranque del equipo con el repentino vuelco que ha dado la situación en el banquillo ofrecerá un margen a la directiva para que encuentre su relevo: «Ya le dije al club que si para este partido en Avilés y el siguiente en casa tengo que estar yo, les echaré una mano».

Una temporada

Miguelín tomó las riendas del conjunto cearista en el verano de 2014 tras la salida de Nacho Cabo rumbo al Avilés B y en su primera campaña al frente del equipo conquistó la sexta plaza que les permitió clasificarse para la Copa Federación. Un buen desempeño que ha adquirido continuidad en la actual campaña. Miguelín ha sabido hacer frente a las lesiones de varias piezas claves en el engranaje colectivo, como Jimmy y Juan Carlos, para exprimir el potencial de una plantilla que, pese al incremento de nivel de la categoría con la llegada del Avilés, Marino y Langreo, ha logrado instaurarse en las posiciones que dan acceso a disputar el 'play off' de ascenso a Segunda B.

Un rumbo firme que ahora requiere un golpe de timón con el cambio de capitán en la nave cearista en un movimiento que, aunque inesperado, figuraba entre las posibles hojas de ruta, como reconoce su protagonista. «Sé que para el club supone un poco de trastorno tener que cambiar de entrenador a estas alturas de temporada, pero era una posibilidad que ellos conocían», indica Miguelín, que muestra su voluntad de colaborar con la directiva en la designación de su sustituto. «Estoy dispuesto a ayudar al club en todo lo que pueda e intentaremos acertar con la persona que venga, seguro que hay muchísimos entrenadores que desean entrenar al Ceares», expone esperanzado.

Ayer inició las conversaciones con la cúpula del club en busca del relevo idóneo sin descuidar la preparación de la plantilla, que se enfrentó en La Cruz al Racing de La Guía con vistas al duelo de este domingo ante el Avilés en el Suárez Puerta. Para medirse a los blanquiazules, a las bajas de Jimmy, Juan Carlos y Miki se unen las de Aitor y Chery, que esta semana se ha visto obligado a pasar por el quirófano y permanecerá un mes alejado de los terrenos de juego. Tampoco estará Rubo, el último refuerzo, que está previsto que se incorpore a la disciplina cearista a partir del lunes. El ariete madrileño desembarca en La Cruz, que despedirá a Miguelín, un técnico que ha antepuesto su amor paternal a la pasión deportiva.

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