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Su residencia asturiana, un deseo que no fructificó

La localidad de Sardéu se convirtió en centro de sus escapadas hasta que nació Leonor y se evidenciaron las limitaciones del pequeño pueblo riosellano

J. M. P.

Sábado, 14 de junio 2014, 00:38

Que el Príncipe disfrute de una residencia oficial en Asturias es uno de los viejos anhelos de algunos sectores de la región pero ni el paso de los años ni el traspaso del trono han permitido vislumbrar la oportunidad. Hace casi 100 años, en 1923, el arquitecto Manuel del Busto proyectó un palacio cerca de la playa de San Lorenzo pero el proyecto no fructicó. Con el paso de los años, el matrimonio del príncipe Felipe con doña Letizia Ortiz no hizo más que aumentar las voces que pedían una residencia para ellos en la región para rentabilizar su estancia y promocionar el turismo como ocurre en Mallorca.

Decenas de casonas nobles, el castillo de San Martín de Soto del Barco, el Palacio de los Selgas en El Pito y, en Gijón, el de Revillagigedo, antes de convertirse en museo; Villa María y La Llorea han sido propuestas, sin suerte hasta la fecha. La pequeña localidad riosellana de Sardéu, el hogar de los abuelos paternos de Letizia, se convirtió durante los años de noviazgo y los primeros de matrimonio de los herederos en su otro destino vacacional. Sus escapadas se hicieron habituales en la zona hasta que nació la pequeña Leonor. Las limitaciones de la pequeña localidad provocaron que estos viajes descendieran.

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