La espera de un permiso para edificación nueva «no baja de los seis meses»

El fin último de la nueva instrucción municipal es agilizar los procedimientos administrativos, reducir trámites, disminuir los controles previos y potenciar la vigilancia posterior. Con ello se pretende facilitar la ejecución de obras y la implantación de actividades, favoreciendo con ello la iniciativa empresarial en el municipio. Con estas premisas, la oficina T-Crea y las 20 personas que trabajan para ella con su directora general Purificación García al frente, confían en que quedarán liberados de mucha carga para desatascar la obra mayor. Porque ahí es en los últimos años donde los empresarios de la construcción, arquitectos y demás profesionales que tratan de sacar adelante proyectos inmobiliarios concentran sus quejas y aseguran que los ritmos de tramitación son tan exasperantes que su vivencia personal es muy parecida al vía crucis del que habla Couto.

Uno de los promotores de edificios que más obra nueva está desarrollando actualmente en el centro de la ciudad asegura que la media de espera desde que se hace la solicitud de licencia y se concede de forma efectiva el permiso «no baja de los seis meses». «Y si la actuación prevista es en un inmueble catalogado échate a rezar», expone de forma gráfica.

Al parecer, la situación ha empeorado en el negociado de licencias de obra mayor desde el pasado mes de octubre con la implantación de un nuevo sistema telemático. Proyectos para los que se cursó solicitud en noviembre a fecha de hoy no aparecen recogidos en la nueva aplicación informática de T-Crea.

Sea como fuere, la nueva instrucción recoge al menos un propósito de enmienda y establecer los principios y pautas que van a regular de forma específica cada uno de los procedimientos para actuaciones sometidas a licencias.

La instrucción se estructura en cinco títulos y consta de 65 artículos. El régimen jurídico de la misma quedará completado con una disposición transitoria, una adicional y una final así como cinco anexos. Ciudades como Valencia, Sevilla o Granada han precedido a Gijón en este tipo de medidas. La diferencia es que esas ciudades optaron por ordenanzas municipales.