Una operación fracasada y plagada de errores

Trece años después de la firma del contrato de 'los palacios' la operación solo puede calificarse de fracaso. De lo único que queda en manos municipales, el Palacio de Congresos, varios informes destacan sus numerosos defectos. Desde la escasa modularidad, sus elevados costes de funcionamiento, la imposibilidad de oscurecer la sala principal, la inmovilidad de la 'famosa' visera a una acústica en entredicho, de la que se desentendió Wagner Biro. En el otro extremo, en El Vasco, lo que hay es tres edificios de viviendas ejecutados en un 80%, en manos del Banco de Sabadell y paralizados. Ni Palacio de las Artes, ni Facultad de Bellas Artes, ni sede de la colección Masaveu, ni Palacio Municipal. Ni visos. Todo ello, además, pendiente de los recursos en los que los acreedores reclaman más de 90 millones de euros al Ayuntamiento por balance tan dudoso para lo público.

Es una cuestión de números. La operación de 'los palacios' roza los 450 millones de euros: 320 millones en Buenavista y 135 en El Vasco. Dos veces y pico el presupuesto anual del municipio y que se fue al garete, según la empresa, por las «indefiniciones» del Ayuntamiento en El Vasco, que impidieron aprovechar la burbuja inmobiliaria, y por los errores de diseño de Santiago Calatrava que hicieron pasar de 76,3 millones la inversión total en la parcela de Buenavista a 268,5. Aunque esta última cuestión está pendiente de una resolución del Supremo. La Audiencia, en 2014, eximió al arquitecto valenciano y culpó a los cambios en el programa dictados por Jovellanos XXI.

Con todo, la empresa vendió a otras sociedades afines activos por 115 millones de euros antes del concurso. El Ayuntamiento trató de revertir las ventas, pero a la primera negativa del juzgado se aquietó. Malo, porque dio por buenos los precios de Jovellanos XXI, que ahora quiere poner en duda.