«Mucha baldosa, mucha seguridad y nada de agua»
La «desolación» predomina entre los ciudadanos que tardarán en olvidar la imagen del centro convertido en una zona de campaña
MARTA IZQUIERDO
Lunes, 11 de abril 2016, 01:22
«No me provoca sensación de inseguridad, me provoca desolación y tristeza». Así describe Susana Marros, con la pequeña Cristina en brazos, la impresión que le provoca ver la fachada ennegrecida de Uría, 58. «No había estado hasta ahora. Había visto un vídeo y me había sobrecogido, pero verlo aquí me impresiona más». Certifica las palabras de su madre la pequeña Patricia, que apunta a periodista cuando añade que los vecinos del edificio siniestrado «se quedaron sin casa». «Es que el viernes les tuvieron que explicar en el colegio lo que había pasado y vinieron a casa sabiendo el nombre y el apellido del bombero fallecido».
Pablo Valle no había visto demasiadas imágenes del incendio de Oviedo, su lugar de nacimiento. Vive en Madrid y llegó para pasar el fin de semana con su familia Pero había leído las suficientes noticias como para saber que los bomberos que intervinieron en la extinción carecían de hidrantes, tal y como contó EL COMERCIO. «Al parecer no había la suficiente presión de agua: ponemos mucha baldosa, ponemos mucha seguridad, pero no tenemos la suficiente presión como para que las mangueras puedan apagar un fuego».
La mayor parte de los ciudadanos que se ayer se acercaron a ver el estado en el que había quedado el edificio número 58 de la calle Uría se preguntaban por qué no se pudo evitar que las llamas se extendieran. Rosario Armado reflexionaba sobre el estado de conservación del inmueble en el que se originó el fuego: «Si hubiera estado mejor conservado, seguramente se podría haber evitado». «Un edificio rehabilitado de hace tan poco tiempo, debería tener materiales ignífugos», agregaba Montse Tuñón, que se acercó con sus pequeños Marcos y Carolina para que vieran los camiones de bomberos. Ella lo había visto ya, porque trabaja «muy cerca». «No es que tenga miedo por la inseguridad, tengo pesar y pena por lo que ha pasado: que no haya suministro de agua, que tengan que cargar desde otro sitio...». A Ángel Álvarez Triana le impresiona que el incendio pudiese devastar un edificio entero y más, estando en la calle Uría: «No me creo que haya podido pasar en un sitio tan emblemático, aunque lo peor se lo llevó el pobre bombero». «Sería peor que hubiese ocurrido en El Antiguo. Si hubiese ardido allí un edificio, seguro que no quedaba nada», sospecha otro ovetense, Juan Manuel Álvarez, que no olvidará cómo «los bomberos buscaban ese día las bocas de riego y no las encontraban».