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Varias máquinas trabajaban ayer, en la playa de Salinas, para retirar todo el material que habían depositado las riadas. :: MARIETA
Asturias

La reparación de las zonas más dañadas por las lluvias costará cinco millones

La Confederación Hidrográfica afirma que «en estos últimos siete años y medio se ha trabajado como nunca para prevenir los daños»

MARCO MENÉNDEZ

Sábado, 11 de febrero 2012, 12:11

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha realizado ya una estimación preliminar del coste de las actuaciones de emergencia que serían necesarias en las zonas más dañadas por las últimas inundaciones y ha remitido ese informe a la Dirección General del Agua. Según el documento, esas actuaciones de emergencia, que serían preciso acometer con carácter prioritario, tendrían un coste de unos cinco millones de euros, según el presidente de la entidad, Jorge Marquínez.

La inversión se añadiría a los más de ocho millones de euros que han supuesto las 352 actuaciones acometidas por la entidad desde las inundaciones del mes de junio de 2010. Entre ellas, algunas fueron realizadas en solitario por la CHC, como las de Triongo (Cangas de Onís), Arriondas (Parres), Pinzales (Gijón), Vega de Rey (Lena), Argame (Morcín) y el azud de Olid (Teverga), pero también se realizaron otros trabajos en colaboración con el Principado de Asturias y los ayuntamientos en diferentes cauces de la región, tales como los ríos Piles (Gijón), Turón, Cuna y Nicolasa (Mieres), Linares, Aranguín y Nonaya, en la zona central de la región, y el Ereba (Llanes).

Todas estas actuaciones hacen que Jorge Marquínez asegure que «durante los últimos siete años y medio, la CHC ha trabajado como nunca para prevenir los daños por inundaciones y para paliar los efectos negativos de las riadas». Y es que durante su estancia al frente de la Confederación, entre otras cosas, se ha creado un centro de cuenca que hace posible predecir, seguir y tener información en tiempo real de cualquier evento meteorológico que pueda suponer un peligro para las zonas inundables de la región.

La directiva europea que implica la creación de una cartografía de las zonas en riesgo y la aprobación de una normativa que impida continuar ocupando áreas peligrosas ya ha sido asumida por la CHC hasta el punto de que, según Marquínez, se han firmado convenios con distintos ayuntamientos asturianos para declarar no edificables corredores fluviales con riesgo de inundación y, además, preservar llanuras inundables, considerado esencial para reducir los efectos de las crecidas.

El problema

Pero, ¿cuál es el principal problema al que tienen que hacer frente los responsables públicos de la región? Los ríos asturianos son de corto recorrido, es decir, tienen poca longitud desde su cabecera hasta la desembocadura y, en ocasiones, salvan mucho desnivel. Eso hace que la fuerza de las aguas con las crecidas sea muy grande, lo que puede poner en riesgo miles de edificaciones, kilómetros de infraestructuras y muchos otros bienes de valor. Los pantanos asturianos son pequeños y, por lo tanto, no tienen capacidad para regular estas crecidas, con lo que es prácticamente imposible eludirlas. Ante esta situación, Jorge Marquínez considera «imprescindible» promover estrategias para que los daños sean cada vez menores. El presidente de la CHC defiende una «posición activa» ante la hipótesis de que «es posible una gran crecida que desborde muchas de nuestras actuales defensas».

Por ello, desde la entidad se mantiene como básica la inversión en materia de investigación y la ampliación de conocimientos sobre la realidad de los cauces asturianos y los obstáculos que se pueden encontrar en las zonas inundables, para «proporcionar respuestas bien orientadas que superen muchos de los tradicionales errores en los que se incurrió en el pasado».

Empieza la limpieza

Efectivos de la Demarcación de Costas, por otro lado, comenzaron ayer las labores de limpieza y recuperación de las playas afectadas por las últimas inundaciones. Camiones y excavadoras se afanaban en retirar toneladas de materiales, especialmente troncos, en playas como las de Salinas (Castrillón) -entre La Peñona y Los Gauzones- y Los Quebrantos (Soto del Barco). Además, siguen anegadas las vegas pravianas de Quinzanas y Peñaullán.

En el concejo de Peñamellera baja, se exige el dragado de los ríos Cares y Deva, para evitar nuevas inundaciones, mientras que en la localidad canguesa de Triongo se critica a la CHC por no haber tomado medidas tras las inundaciones de 2010 para evitar que se vuelvan a repetir. En Oviedo, el Ayuntamiento se plantea construir un puente en Trubia más ancho del que derribó el río y en Aller el viceconsejero Juan Vega visitó las obras de reconstrucción del paso provisional bajo el puente de Soto de Aller, que permitirá el paso de vehículos pesados en las obras de construcción del corredor del Aller.

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