La alcaldesa destituye a la secretaria del Ayuntamiento por pérdida de confianza

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, destituyó ayer por decreto a la secretaria general letrada del Ayuntamiento, Dora Alonso Riesgo, por pérdida de confianza en su labor como máxima garante de la fe pública y el cumplimiento de la legalidad y seguridad jurídicas en la Corporación municipal.

La retirada de atribuciones a la funcionaria de más alto rango del Consistorio gijonés se ratificará hoy por acuerdo de la junta de gobierno en una decisión de la que existen muy pocos precedentes en la historia del municipalismo español.

De acuerdo con la Ley de Grandes Ciudades, el nombramiento de un secretario general corresponde a la Alcaldía por el sistema de libre designación entre funcionarios de la Administración local con habilitación de carácter nacional como es el caso de Dora Alonso. Fuentes municipales señalaron ayer que «del mismo modo que hay libre designación para los nombramientos también hay libre revocación para las destituciones».

Estas mismas fuentes explicaron que a la defenestrada secretaria municipal se le buscará ahora acomodo en otra plaza del Ayuntamiento respetando su categoría de alta funcionaria. Hasta que no se convoque un concurso 'ad hoc' para cubrir la plaza de la que ha sido apartada Alonso, el asesoramiento letrado en plenos y comisiones lo llevará a cabo la vicesecretaria general, Inmaculada Fernández Gancedo.

Las actuaciones de la secretaria general habían generado malestar en las últimas fechas en el equipo de gobierno de Foro. El episodio más llamativo fue la convocatoria del Pleno sobre la ordenanza de fachadas consensuada por los tres grupos de la oposición el pasado 17 de julio pese al rechazo expreso de la alcaldesa a su celebración. Carmen Moriyón basó su negativa en un informe de los servicios jurídicos municipales que ponía en duda que ese asunto pudiera ser tratado en el Pleno, al entender que era un tema de competencia exclusiva de la junta de gobierno. El Pleno, a instancias de PSOE, PP e IU, finalmente se celebró y fue el más breve en la historia del Ayuntamiento de Gijón. Duró un minuto y 44 segundos. Lo que tardó la regidora de Foro en liquidar el Pleno y asumir el conflicto abierto con todos los grupos de la oposición, alguno de los cuales pidió abiertamente la moción de censura.

A partir de ese día las desavenencias entre secretaria general y Moriyón, que se sintió desautorizada por la primera, llegaron a un punto de no retorno que culminaron en el fulminante decreto de Alcaldía de ayer.

«Aislada» en su despacho

Fiel a la discreción con la que siempre ha desempeñado su trabajo de funcionaria en el Ayuntamiento, Dora Alonso optó ayer por guardar silencio a pesar del enorme revuelo que la noticia de su destitución suscitó entre sus compañeros funcionarios. Quiso permanecer «lo más aislada posible» en el que ha sido su despacho durante los últimos siete años -ni siquiera salió a comer- tras saberse protagonista de la noticia. Estuvo acompañada en todo momento por su más estrecho equipo de colaboradores y también recibió la visita de concejales de los grupos municipales del PSOE y el PP. Santiago Martínez Argüelles y Begoña Fernández aseguraron tras reunirse con ella que la encontraron «entera de ánimo, pero muy disgustada y decepcionada» con las formas y el fondo de su destitución. A las 19.15 horas de la tarde, cuando ya empezaba a oscurecer en la plaza Mayor abandonó la Casa Consistorial a paso ligero. Su familia esperaba afuera para recogerla y arroparla en uno de los momentos más difíciles y dramáticos de su carrera de funcionaria. Nacida en Lieres (Siero) en 1957, es licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo, en la que se graduó con calificación de notable en la promoción de 1977-1982. Prosiguió los estudios de doctorado y los compaginó con la docencia en el departamento de Derecho Constitucional de la misma Universidad hasta 1984. Cerró su formación con la realización de cursos en el Goethe Institut de Bremen en 1983.

Ya doctora, en 1986 obtuvo el título de secretaría de primera categoría, con el número uno de su promoción. Estuvo cuatro años como secretaria general letrada del Ayuntamiento de Carreño, de 1985 a 1989, y otro año más en el mismo puesto en el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, de 1989 a 1990. Ese último año se incorporó a la plantilla municipal gijonesa como Oficial Mayor.

El 28 de julio de 1992, se convirtió en jefa de la Administración General en el departamento de contratación. En 2001 accedió a la vicesecretaría municipal, cargo que desempeñó hasta abril de 2006, cuando asumió interinamente las tareas de secretaria letrada, mientras el Ayuntamiento convocaba un concurso para cubrir la vacante dejada por la jubilación de Mariano López Santiago. El 31 de octubre de 2006, durante el segundo mandato de Paz Fernández Felgueroso, se convirtió en la primera mujer secretaria general letrada en la historia del Consistorio gijonés.