Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Adolfo Suárez, en una imagen de archivo.
ADIÓS AL PADRE DE LA TRANSICIÓN

Adolfo Suárez ha muerto

El primer expresidente de la transición ha fallecido a los 81 años en una clínica madrileña | Se convirtió en una referencia para transitar de una dictadura a un régimen de libertades

LUCÍA PALACIOS

Domingo, 23 de marzo 2014, 23:18

Tras once años de silencio y olvido, sumergido en la enfermedad del Alzheimer, la vida de Adolfo Suárez se ha apagado definitivamente este domingo, a las 15.03 horas. Así lo ha anunciado el portavoz de la familia, Fermín Urbiola, a las puertas de la clínica Cemtro de Madrid a los medios allí congregados, a los que ha agradecido el cariño y el respeto mostrado. El expresidente del Gobierno ingresó en el centro hospitalario el pasado lunes debido a una infección respiratoria que derivó en neumonía y en una situación "crítica irreversible", tal y como su propio hijo, Adolfo Suárez Illana, explicó el pasado viernes en una emotiva rueda de prensa.

La doctora Isabel de la Azuela ha explicado que el 'padre de la democracia' ha fallecido a los 81 años "por EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) reagudizado, en el contexto de enfermedad de Alzheimer por deterioro neurológico severo". "Es la evolución natural de la enfermedad la que le ha llevado al desenlace final", ha asegurado. El paciente se ha encontrado en un estado "muy confortable" en todo momento, con un tratamiento ajustado a sus necesidades y con buen control de los síntomas, lo que le ha permitido, ha señalado la doctora De la Azuela, estar "muy sereno y cómodo" junto a la familia hasta los últimos momentos.

Su muerte tiñe de luto a toda España y por eso el presidente Mariano Rajoy ha decretado tres días de duelo oficial y la suspensión de cualquier acto público. Su adiós será por todo lo alto, como corresponde a quien fuera jefe de Estado. La capilla ardiente por el primer presidente de la democracia se instalará este lunes a las 10 horas en el Congreso de los Diputados, donde la bandera ya ondea a media asta. Los Reyes, los príncipes y la infanta elena acudirán a darle su último adiós. Las fuentes del Congreso han recordado que el protocolo de la recepción de este lunes será el mismo que el que tuvo la capilla ardiente del expresidente Leopoldo Calvo Sotelo. Eso significa que el funeral de Estado se celebrará en los próximos ocho días en la Catedral de La Almudena; aunque la fecha concreta no se sabe, el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, ha indicado que podría ser el lunes 31 de marzo.

Tras la capilla ardiente, los restos de Suárez serán trasladados a Ávila, en cuya catedral tendrá lugar el entierro el próximo martes, tras la celebración de una misa de corpore insepulto. En esa tumba también descansarán los restos de la esposa del primer presidente de la democracia, Amparo Illana, fallecida en el año 2001 y que serán trasladados este lunes.

De momento, sus restos permanecen en la clínica Cemtro, donde su familia ha organizado un velatorio íntimo y adonde están llegando numerosas personalidades para rendirle homenaje, entre ellos Mariano Rajoy, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el expresidente José María Aznar y su mujer, Ana Botella.

La valentía de Suárez ante Franco

Durante este domingo todos destacan que fue el primer presidente de la transición, uno de los nombres que están escritos en letra mayúscula en la historia de España. El propio Rey Juan Carlos lo escogió a él para llevar a cabo la transición española. Y lo consiguió, porque se convirtió en una referencia a nivel mundial para transitar de una dictadura a un régimen de libertades.

Adolfo Suárez se lo anticipó al mismísimo general Franco, cuando siendo director general de TVE le preguntó, así, a bocajarro: "¿Crees que el movimiento subsistirá después de mi muerte?". A lo que un joven Suárez le contestó que no. "¿Y el franquismo?", insistió el dictador. "El franquismo es un sentimiento, no una fórmula política", respondió el valiente político, que llego a decirle: "Mi general, a su muerte vendrá la democracia". Y, por suerte, no se equivocó.

Su llegada al Gobierno

Perteneciente a la clase política franquista, en la que alcanzó los cargos de viceministro del Movimiento y procurador en Cortes durante dos legislaturas, asumió los deseos de cambio del pueblo español cuando, el 3 de julio de 1976, fue nombrado presidente del Gobierno.

Llevó a cabo la Ley Fundamental de Reforma Política que desmontó la dictadura y abrió el camino a la democracia, pactó con los dirigentes de la izquierda procedentes de la clandestinidad o el exilio, como Felipe González o Santiago Carrillo, para hacer posible el proceso democrático que se inició el 15 de junio de 1977 con las primeras elecciones libres.

Durante su primer mandato, de 1977 a las elecciones del 1 de marzo de 1979, se consensuó y elaboró el texto de la Constitución que fue refrendado por los españoles el 6 de diciembre de 1978. Comenzó entonces, ya como primer presidente constitucional de España, la etapa más difícil de su Gobierno, asediado por el terrorismo, la inflación y el creciente desempleo, una descentralización del poder del Estado que dio lugar a las autonomías y con una crisis ideológica en el seno de su propio partido.

Las duras críticas a su gestión, la crisis interna de UCD y la falta de apoyos sociales llevaron a Suárez a dimitir el 29 de enero de 1981. "Mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia. Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España", diría entonces.

Esas palabras cobraron dimensión cuando, tres semanas después, el 23 de febrero de 1981, el teniente coronel Antonio Tejero entró en el Congreso de los Diputados con varias decenas de guardias civiles mientras se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno.

Un político de centro

Fundador de dos partidos políticos, la Unión del Centro Democrático (UCD) y el Centro Democrático y Social (CDS), Suárez fue también el principal causante de su desaparición pues, en palabras de Leopoldo Calvo Sotelo, era "el clavillo del abanico" y, al abandonarlo, desbarató todas sus varillas.

Diseñó el espacio político del centro, que desde la disolución de UCD se han disputado los dos grandes partidos del país, PSOE y PP, pero pasó a la historia por ser el principal artífice de la transición, un protagonismo que nunca quiso asumir. "Don Juan Carlos fue muy importante. Ganamos la libertad de expresión. Yo legalicé los partidos políticos. Se necesitaba el máximo nivel de comunicación. El proceso tuvo muchas dificultades. Hubo asesinatos y atentados. Y, sin embargo, logramos crear una situación impensable unos años antes. Creo que fue sobre todo un período de mucho sentido común".

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Adolfo Suárez ha muerto

Adolfo Suárez ha muerto