El barrio de El Pilar en Lada «lleva años lleno de ratas y agua estancada»
Los vecinos muestran su «hartazgo» ante la existencia de más de un metro de inundación en las cocheras, que nadie retira, y aceras con maleza
Levantarse cada mañana, abrir la ventana y encontrarse con malos olores, insectos de todo tipo, la visión de ratas campando a sus anchas y con ... aceras invadidas por la maleza no es lo más idílico; pero, «por desgracia», es lo habitual para los vecinos del nuevo barrio de El Pilar, en el distrito de Lada, Langreo. Una imagen que llevan años sufriendo debido, según sus apreciaciones, «al abandono que tenemos por parte de las instituciones, sobre todo por Vipasa, dueña de estos inmuebles«.
Su paciencia se ha agotado tras años «poniendo en conocimiento de todas las instituciones esta situación, sin que nadie nos haga caso». Esta incómoda posición se debe a que el garaje que ocupa el subsuelo de los diez edificios está completamente inundado con más de un metro de agua estancada. Un garaje donde deberían aparcar sus coches, pero tras más de dos décadas de reclamarlo «los vehículos continúan en la calle y los garajes vacíos y llenos de agua y ratas, generando malos olores en verano insoportables». La rampa peatonal de acceso a los garajes presenta varios escalones inundados por donde suben y bajan ratas a diario. «Tenemos que tener cuidado con los niños porque algunas ratas son como gatos; llevan tantos años como nosotros viviendo aquí«.
La situación apenas mejora en las zonas comunes, las aceras «se limpian muy poco y la maleza prolifera». Han avisado al Ayuntamiento, pero «tampoco nos hacen caso», y da una imagen de abandono, apuntan los vecinos. Ante esta situación, los inquilinos de los diez bloques de Vipasa han decidido unirse para adoptar medidas de presión que impulsen una solución a toda la zona de garajes. «No deben olvidar que es la parte de abajo de nuestras casas. Lo sufrimos a diario».
No están dispuestos a soportar durante más tiempo este abandono. En otras ocasiones, y tras enviar varias cartas y notificaciones de protesta por la situación, llegaba una cuba, sacaba el agua, pero no hacían más y en unos días volvía a inundarse la zona.
«Tienen que repararlo en condiciones», claman unos vecinos dispuestos a luchar por «vivir en un lugar limpio», explica Jerónimo Torralbo, vecino de estos inmuebles. Tampoco renuncian a poder hacer uso de unos garajes que, en principio, hace más de 20 años, estaban destinados a que los inquilinos pudiesen guardar sus coches y algunas pertenencias, pero nunca llegaron a entregarlos a los vecinos.
«Aquí algo se hizo mal y ahora nadie quiere asumir la reparación de un daño que sufrimos los vecinos a diario», apuntan indignados estos vecinos que ahora más que nunca están dispuestos a «hacer ruido hasta que alguien nos escuche y se ponga una solución a un problema que alguien generó hace más de veinte años».
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