El Hospital Valle del Nalón «es una sauna, trabajamos a más de 30 grados»
Pacientes y profesionales llevan aparatos pequeños de aire para poder soportar el calor en el centro hospitalario, que está sin aire acondicionado
Marta Varela
Langreo
Martes, 1 de julio 2025, 06:38
Abanicos y ventiladores al cuello son las herramientas con las que las visitas acuden en las últimas jornadas al Hospital Valle del Nalón para ... hacer «soportable» su corta estancia en un centro donde, aseguran, «el aire acondicionado ni está ni se le espera».
Y es que el calor que afecta a Asturias en las últimas jornadas se hace notar en el centro hospitalario de esta comarca minera. Profesionales, pacientes y visitantes ponían de manifiesto este lunes la imposibilidad de estar «de una forma digna» en dichas instalaciones tras soportar varios días esta situación «en cualquier parte del centro, igual en las consultas que en las plantas de ingresos que en Urgencias», apuntan. Además, confirman que «el fin de semana hizo un calor sofocante al no contar con aire acondicionado, era como si nos asásemos».
«Al mediodía en algunas salas estábamos trabajando a 30 grados con una humedad que superaba el 50 %», confirmaba una de las enfermeras del recinto. Ante esto, explicaba que «los enfermos y sus familiares nos llaman más por el calor, por si podemos hacer algo, que porque necesiten atención sanitaria», aseguraba esta profesional. «Nos sentimos impotentes porque es una situación incómoda para todos; muchos lo entienden, pero otras personas nos increpan y pierden los nervios».
Lo que se desconoce es si el aire acondicionado «no es suficiente, si está estropeado o si es demasiado caro para que funcione bien», explicaba el familiar de una persona ingresada. Ante este calor que califican de «insoportable, como estar en una sauna», las máquinas de bebidas frías se agotan enseguida, así que muchos se refugiaban en el bar para poder refrescarse. Además, apostillan que en las zonas comunes, como las salas de espera, «la gente no deja de pasear porque las ventanas, por temas de suicidio, no pueden abrirse del todo, y es imposible estarse quieto», apostilla la familiar de una paciente.
Así, la sala de espera del área de Urgencias «está vacía, todos estamos fuera a la sombra porque, aunque haga calor, hace menos que dentro del hospital», afirmaban unos langreanos mientras esperaban noticias de un familiar en la calle, donde también había personal del centro hablando durante su descanso y «cogiendo un poco de aire».
La situación ha llevado a que algunas familias, en la tarde de este lunes, llegasen a las habitaciones con pequeños ventiladores para que los enfermos «puedan estar un poco más tranquilos, mi padre es mayor y tanto calor le estaba desorientando», explica una chica, quien aseguraba su intención de poner una queja en el servicio de Atención al Paciente.
Algunos profesionales también han optado por acopiarse de ventiladores para hacer más llevadero el trabajo. «La estrella son los que se ponen al cuello y dan un poco de aire», apuntaba una familiar que aseguraba que «los venden debajo de mi casa y ya compré tres o cuatro para gente mayor que no sabía dónde los había. Nos lo tomamos a cachondeo, pero llega a ser agobiante».
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