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Si hay un vecino conocido y querido en el barrio de La Villa, en Mieres, ese es Jamín García. Tras la explosión de gas ... el lunes, muchos ojos se posaron en su casa, una pequeña vivienda de madera que ardió minutos después de la explosión y tuvo que ser derribada. Jamín no se encontraba en esos momentos en la casa. Había salido a comer al hogar de los jubilados y después, con su andador, estaba dando un paseo. «Escuché un bombazo y me asusté mucho. Quedé sólo con el andador y la ropa que tengo puesta. Lo perdí todo«, contaba.
«Quedé con la ropa puesta. No podía entrar en mi casa porque estaba destrozada». Pero los bomberos hicieron un esfuerzo impagable. Al enterarse de que dentro estaba su cartera con su paga, entraron unos minutos y tras encontrar la cartera salieron para devolvérsela. Dentro, además del dinero, había otro tesoro: un viejo carné del Sporting, que según sus amigos era lo que más añoraba.
Jamín fue testigo de cómo derribaban lo poco que había quedado de su casa. «Me dio pena. Estaba muy mal y entiendo que la hayan tirado, pero me quedé sin nada, sólo con los vecinos y los amigos».
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Jamín se aloja en la residencia universitaria del campus mierenses y cuenta que «me tratan bien». «Ahora me están buscando una vivienda para poder ir», añadía. Su deseo y el que ayer expresaban muchos de sus vecinos es que «no se lo lleven muy lejos». «Es el alma del barrio, aquí todos le queremos y lo cuidamos. Jamín es de La Villa», decían los vecinos.
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