El hombre que decapitó a su padre en Ribera de Arriba y lanzó su cabeza a los coches será juzgado por un jurado popular
Pablo M., de 47 años, está acusado de los delitos de asesinato consumado, homicidio intentado, daños y resistencia a la autoridad
Pablo M., en prisión desde que decapitase a su padre en Ribera de Arriba y lanzase la cabeza a los vehículos que encontró a su paso en la rotonda de la N-630 aquella espeluznante noche de abril de 2024, será juzgado por un jurado popular. La Fiscalía del Principado de Asturias acaba de solicitar al juzgado de Instrucción 3 de Oviedo que se celebre un único juicio por todos los delitos que se le atribuyen: asesinato, daños (en los vehículos que el investigado abordó), tentativa de homicidio/asesinato (cuando supuestamente el investigado asestó un golpe en el parabrisas de uno de los coches, trató de abrir la puerta del mismo para agredir al conductor y, al no lograrlo, propinó diversos golpes en la carrocería) y atentado o resistencia a los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en su detención.
El ministerio público entiende que procede una única vista oral «por su evidente conexidad, pues presuntamente los delitos fueron cometidos por la misma persona, en un mismo estado de perturbación, y el enjuiciamiento separado de los mismos podría suponer una infracción del principio de 'non bis in ídem'». Únicamente los delitos de homicidio y asesinato están recogidos en la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado, si bien el artículo 5.2 recoge la competencia para conocer y enjuiciar delitos conexos.
El procedimiento se encuentra en fase de instrucción judicial. La fiscalía aún no ha presentado el escrito de acusación para el hombre de 47 años que protagonizó uno de los sucesos más brutales de la crónica negra de la región.
Ocurrió en el pequeño núcleo de El Picón. Pablo M. vivía por temporadas con su padre, Miguel Ángel, de 71 años y que había trabajado durante prácticamente toda su vida como celador en el HUCA. Al parecer, el hijo atacó a su progenitor de la vivienda y la víctima pudo salir corriendo para intentar pedir auxilio a los vecinos de una casa a escasos 20 metros. «Sentimos que nos picaban mucho a la puerta y escuchamos muchos gritos y voces, no abrimos por miedo y creemos que por eso salvamos la vida, nos podía haber matado a nosotros también», relataba la vecina, desencajada el día después del brutal parricidio.
Desnudo y con un hacha
Justo a la puerta Pablo M., según se desprende de la investigación, decapitó con un hacha a su padre. Dejó allí tirado el cuerpo y se llevó la cabeza. Bajó la cuesta, ensangrentado, semidesnudo, con el hacha en una mano y en la otra la cabeza de su padre. Llegó hasta la rotonda que da acceso a Soto, coincidiendo con el cambio de turno de fábricas cercanas.
En la misma rotonda se abalanzó contra varios turismos, mientras le daba patadas a la cabeza, cantaba el 'Cara el sol' y se reía a carcajadas. A un miembro de las fuerzas de seguridad del Estado recién jubilado que se bajó del coche para intentar reducirle le lanzó la cabeza con toda su fuerza, provocándole importantes lesiones en la suya.
En cuestión de pocos minutos los servicios de emergencia recibieron numerosas llamadas de testigos completamente horrorizados. Pablo M. tuvo que ser reducido entre varios agentes. «Tenía una fuerza descomunal», aseguraron quien presenciaron los hechos.
Fue trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias, donde permaneció ingresado en el área de Psiquiatría durante varios días hasta su traslado al centro penitenciario de Asturias. A la acusación pública, ejercida por la fiscalía, se suman las acusaciones particulares presentadas. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial, en Oviedo, aún en fecha por determinar.