Más luz para el histórico archivo municipal de Siero en La Pola
El Ayuntamiento ejecuta mejoras en el edificio con la sustitución del lucernario central, con un coste de casi 40.000 euros
El Ayuntamiento de Siero ha concluido las obras de sustitución del lucernario del archivo municipal, ubicado en el edificio de Urbanismo en La ... Pola. Esta actuación ha contado con un presupuesto de casi 40.000 euros y un plazo de ejecución de seis semanas.
Hasta el edificio acudió este miércoles la edil de Patrimonio, Pilar Santianes. Detalló que los trabajos han consistido en la sustitución del lucernario, que presentaba el deterioro propio de las inclemencias meteorológicas y el paso del tiempo, por uno nuevo que, además, tiene mejor aislamiento acústico que el anterior. Se ha instalado una estructura de aluminio que sirve de soporte a los nuevos vidrios de seguridad, los cuales cuentan con protección solar y térmica para mejorar el confort interior. Asimismo, se ha revisado, limpiado y adecuado la cubierta plana del archivo y se ha procedido al pintado interior del techo.
Según reza en la web municipal, el archivo sierense, a lo largo de su historia, ha sufrido una serie de «desgraciados sucesos»; uno de ellos lo pone de manifiesto el cronista del concejo, Fausto Vigil, el 2 de octubre de 1811, cuando dio cuenta del «miserable estado en que los enemigos han dejado el archivo de padrones y el de los demás papeles u órdenes pertenecientes al Ayuntamiento, los cuales fueron rasgados, otros arrojados por las calles y aun por el río y recogidos los que se pudo por algunos vecinos que los tienen recogidos…»
Durante la revolución del 34, el archivo, junto con el registro civil y el de la propiedad, fueron quemados.
A partir de 1940 la Corporación municipal consintió en la venta de papel viejo a una empresa de artes gráficas «de ninguna necesidad existente en sus archivos». La gran transformación fue la ruptura con la situación de regresión que vivían los archivos municipales unida a la forma de Estado que surge de la Constitución de 1978; desde entonces se va tomando conciencia de que los archivos son servicios públicos de información y de la necesidad de la puesta en escena de la transparencia en la gestión.
En 1993 el Ayuntamiento dotó al archivo de una plaza de archivero municipal y, en lo sucesivo, con personal (dos auxiliares), locales e infraestructura.
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