El «arte en relieve» que fascina en Villaviciosa
Pablo Maojo y Marcos Morilla guían a sus seguidores por 'Anaglypho', una muestra que surge de su trabajo conjunto y que «sorprende al espectador»
El arte tridimensional tiene su espacio en la sede de la Fundación José Cardín, en Villaviciosa. Tras un verano de muchas visitas a ... la sede para observar el último trabajo conjunto del fotógrafo Marcos Morilla y el escultor Pablo Maojo –estará abierta hasta el viernes 20–, la fundación organizó una visita privada este miércoles para aficionados y seguidores de las obras de ambos artistas.
«Es una manera de despedir la muestra 'Anaglypho'«, explicó Rebeca Meana, historiadora del Arte y trabajadora en la fundación. Ambos, añadió, »ya habían trabajado juntos previamente« y la conexión inmediata se notó. El resultado, una obra que hace mención al »arte en relieve«, uniendo la fotografía y la escultura, »jugando con lo óptico y lo tridimensional«, explicaron los dos artistas.
Un «arte abstracto» dijeron algunos, pero a la vez «fascinante», consiguiendo con esta exposición «romper con las muestras anteriores y sorprender al espectador», añadió Meana.
De hecho, para poder disfrutar completamente de la muestra es necesario usar gafas 3D en una de las obras: las fotografías del bosque de bambú en el Sebrayu (Villaviciosa). Misma madera que el propio Maojo utiliza en algunas de sus esculturas.
Uno a uno, cada uno de los visitantes fueron haciendo preguntas sobre su inspiración, colores y materiales. Todo ello, dijo Morilla «está pensado para jugar con la poética de la naturaleza»; las fotografías de cuevas del Sueve y de vegetación de Argüero en contraposición a las esculturas de madera de eucalipto d e Maojo. «Se le da profundidad, desde lo de dentro de la tierra, a lo de fuera, la vegetación y a la madera que es como si fuera la piel; son las tres dimensiones», explicó el fotógrafo.
La experiencia resultó una maravilla para aficionadas al arte como la gijonesa María José Lavandera, asidua a las actividades que organiza la fundación. «Tenía que venir, me encantan las obras de Pablo Maojo, guardan historias y juega con los colores primarios; su trabajo en madera es muy potente», destacó mientras observaba una de las esculturas. Otros, gracias a la visita, repitieron la experiencia y se acercaron a Villaviciosa sólo para oír la explicación de los creadores, como el ovetense Carlos Juan González, quien vio una oportunidad única para «entender lo abstracto, es un valor añadido».
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