«Dublín es una ciudad pequeña pero con oportunidades a nivel Nueva York o Londres»
Santiago Merediz lleva un año en la capital irlandesa, un paraíso para las empresas tecnológicas que está repleto de gente joven
M. F. A.
Gijón
Sábado, 17 de mayo 2025, 23:51
Santiago Merediz (Gijón, 1999) ya conocía Dublín antes de convertirlo en su nuevo hogar. Con 14 años, vivió allí un curso escolar junto a sus padres y su hermana, de modo que no le ha sorprendido la capital irlandesa, siempre llena de vida y de música. Estudió en la Asunción, se formó en administración y dirección de empresas en Asturias y comenzó su vida laboral en el mundo de los seguros. Hasta que un buen día pensó que era joven, que debía darle caña al inglés y que había que probar la experiencia exterior, y se lió la manta a la cabeza y decidió retornar a Dublín después de pedir una excedencia.
Hace justo un año de eso y el balance es bueno. Cinco semanas después de fregar platos y tras tres meses de dependiente en una tienda, la vida le llevó a su actual trabajo, la empresa Docusign, que proporciona servicios de firma digital con el amparo de la Unión Europea.
Y en esas anda, feliz de vivir su experiencia dublinesa. «Esto está lleno de empresas tecnológicas, Dubín es como un Silicon Valley», revela. Cuenta cómo la bajada de impuestos ha hecho que numerosas compañías lleven allí su domicilio fiscal. Y eso tiene un efecto inmediato: «Esto está lleno de gente joven».
Él es joven y lo vive y lo disfruta, con un único inconveniente que no lo es tanto en realidad: «Que no hay conexión aérea directa con Asturias, pero puedes ir vía Londres o Santander, así que si me da el bajón, me voy a Asturias».
Pero es difícil tener bajones cuando la ciudad tiene ese ambiente joven y vital, divertido siempre, y cuando además hay opciones de moverse desde allí a otros muchos lugares. «Fue muy fácil adaptame porque ya conocía la ciudad, pero es que además me gusta la cultura, la calle, la música, los bares, que la gente es muy abierta, es una ciudad pequeña pero a nivel de oportunidades es como un Nueva York o un Londres», resume Santiago.
La ciudad es cara, pero los sueldos son muchísimo más altos que en España. También es más fácil encontrar trabajo. «La vivienda es cara, una habitación te puede costar 1.000 euros, pero el sueldo en una empresa tecnológica el mínimo son 3.500/3.800 euros», señala.
A él le salen los números porque es un imposible pensar que en España le vayan a pagar eso a alguien de su edad. De modo que, aunque le gustaría volver a Gijón, en este momento no se lo plantea, por mucho que las añoranzas sean múltiples. «Estoy tan cómodo, tan a gusto aquí, que poco echo de menos aquello, aunque sí añoro a mis padres, a los amigos, pero al final estamos muy cerca, voy cuatro veces al año». Echa en falta, eso sí, las ricas legumbres y muchas más cosas en el plano culinario: «Aquí la gastronomía cero», concluye.
Tampoco está el Sporting, que siempre es una añoranza grande, «aunque cada vez me engancha menos», confiesa en este año de pocas alegrías deportivas.
El futuro está abierto. Él solo planea seguir disfrutando de la experiencia irlandesa mientras espera a ver lo que pasa en un país, el nuestro, que tiende, a su juicio, más al desencuentro que al encuentro: «En España tiramos en direcciones distintas, remamos en dirección contraria, deberíamos ser más coherentes», apunta. Cita a las grandes empresas asturianas y las infraestructuras y es que Asturias es, para él, un lugar privilegiado para el que reivindicar un futuro mejor.
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