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Nacho Loy, Miguel Ángel Martínez, Eva López y Pablo Rodríguez, en el patio del Edificio Histórico antes de iniciar el debate.
Alumnos y sindicatos  de la Universidad preparan la huelga

Alumnos y sindicatos de la Universidad preparan la huelga

En el debate monocolor organizado por CC OO quedó patente el carácter «político» de la reforma y la «pasividad» de los universitarios

Eva Montes

Sábado, 21 de marzo 2015, 00:47

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El segundo de los tres debates que CC OO de la Universidad de Oviedo ha programado para calentar motores de cara a la huelga del próximo martes tuvo poco alcance y mucha coincidencia. El escenario fue el aula escalonada del Edificio Histórico y apenas acudieron una docena de personas, entre las que se encontraban Jorge Fernández, presidente del Consejo de Estudiantes e instigador de los sucesivos escraches a la directora general de Universidades, y Pedro Sánchez Lazo, director del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y candidato confeso al Rectorado.

Por lo que respecta a las coincidencias, fueron estratégicamente compartidas por Nacho Loy, promotor de los debates en nombre de CC OO, Eva López, de las Asambleas de Estudiantes; Pablo Rodríguez, del Sindicato de Estudiantes, y Miguel Ángel Martínez, de UGT. Entre todos se repartieron los pilares de las movilizaciones contra la reforma universitaria, que desembocarán, y no por última vez, en la huelga del próximo martes y la posterior manifestación por las calles de Oviedo.

El más transgresor fue Nacho Loy, quien no sólo calificó de «demencial» la reforma, sino que quiso «desmontar los mitos» que la sostienen. Y empezó por Bolonia, afirmando que «como todo en Europa, es mentira. En ningún sitio del documento pone que tiene que ser 4+1 ó 3+2, solo dice que el sistema tiene que ser común. Y no hubiera hecho falta más que convertir 1º, 2º y 3º de cada vieja carrera en grados y el 4º y 5º en máster. Pero no se hizo y nos metieron en este fregado». También criticó la «gran pasividad de la comunidad universitaria», que relacionó con «posibles promesas de financiación que la crisis desbarató».

El estudiante Pablo Rodríguez otorgó un «carácter político» a la reforma y señaló que «la igualdad con Europa es mentira, porque en Francia un grado cuesta 69 euros y un máster 240», mientras la también alumna Eva López retrató el papel de «un titulado de tres años que si quiere trabajar en una comunidad donde se impartan grados de cuatro, no podrá». Finalmente, Miguel Ángel Martínez resumió todos los sentires cuando dijo: «El panorama es desalentador».

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