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En el IES Montevil se garantizó la distancia de seguridad en las aulas con pupitres vacíos.

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En el IES Montevil se garantizó la distancia de seguridad en las aulas con pupitres vacíos. ARNALDO GARCÍA

El 60% de los alumnos no acude al aula en la vuelta a la clase presencial

«El riesgo de contagio no solo está en el centro educativo, también está en la calle y en la cafetería», dice la consejería

OLGA ESTEBAN

GIJÓN.

Viernes, 5 de junio 2020, 01:19

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En algunos casos, porque no tenían transporte escolar. En otros, porque la jornada era solo para recibir notas. Algunos más, porque se han acostumbrado a la enseñanza 'online'. Pero, sobre todo, porque las familias aún sienten cierto temor. La cuestión es que los institutos públicos de Asturias esperaban ayer la incorporación de 2.218 alumnos de segundo de Bachillerato, que suponen el 44,61% de los matriculados en este nivel. Pero, llegado el día, fueron menos los que acudieron. Con diferencias entre unos y otros lugares, pero los ejemplos son significativos: el IES Jovellanos de Gijón tiene 150 alumnos en ese curso, habían anunciado su regreso unos 90 y ayer se presentó medio centenar. En La Magdalena, en Avilés, fueron la mitad. Por contra, en algunos centros del Occidente acudió casi la totalidad de los estudiantes. En cualquier caso, a las cifras oficiales hay que sumar las de los centros privados (en Bachillerato no hay concertación). Como el Codema, de Gijón. «Si el primer día se hace bien, entonces todo es más fácil», dijo su director, Simón Cortina.

A ellos se sumaban 577 alumnos de cuarto de ESO, que han sido convocados por los tutores para refuerzos (11,35% de los que cursan este nivel) y unos 270 de segundo curso de los grados superiores de FP que acudirán para las últimas indicaciones de sus proyectos (el 8% del total).

«La previsión ha disminuido», admitía la directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, Ana Isabel López, quien recordó que Asturias es la única comunidad que ha impuesto la obligatoriedad de que las familias o los propios alumnos, si son mayores de edad, firmen una declaración responsable.

López aseguró entender el recelo y temor de las familias. Pero recordó que «el riesgo de contagio no solo está en el centro educativo, también en la calle, en la cafetería, en todas partes. Lo que hemos hecho es primar, por encima de todo, la seguridad». Y eso quedó claro. Toma de temperatura a la entrada, filas con dos metros de distancia, indicaciones en los pasillos, dispensadores de gel hidroalcohólico en todas las estancias, pupitres retirados, baños cerrados, pantallas... Y eso ha costado mucho a los centros. «Ha habido que invertir mucho dinero en materiales y los equipos directivos nos hemos tenido que formar en algo para lo que no estábamos preparados», decía el director del IES Jovellanos, Juan Carlos Ayllón. Pilar Barrera, del IES la Laboral, admitía además que lo de ayer fue «una especie de ensayo».

Pero no solo para estas tres semanas, sino para el curso que viene. Lo indicaba la directora general de Planificación. «Van a ser un ensayo-error. Vamos a ver cómo funciona, ojalá maravillosamente, y así ya tenemos el ensayo hecho para septiembre. Y tenemos la experiencia en el caso de que haya que solventar algunas dificultades». Parece que los grupos de 15 alumnos han llegado para quedarse. Y esta vuelta presencial a las aulas servirá de referente para diseñar el próximo curso, cuando aún habrá que convivir con el coronavirus.

Mientras, los jóvenes iban llegando a los centros con sus mascarillas y sus permisos firmados. Una de las expresiones más repetidas por los bachilleres fue que «todo es muy raro», pero sin duda los que fueron a clase prefieren distancias y mascarillas a seguir estudiando en casa. Principalmente, por la EBAU. «Ellos no están acostumbrados a ver el IES con tantas medidas de seguridad y les impresiona, pero todo está yendo bien», apuntó Emma Álvarez, del oventese IES de La Ería. Por allí pasarán un centenar de alumnos. Los horarios de acceso, como en todos los centros, se han escalonado. Más de lo mismo en el IES de Trubia. «Solo tenemos a un grupo y, como las clases son voluntarias, van y vienen», comentó el jefe de estudios, José Antonio Sieres. También en el Monte Naranco, donde había provisión de mascarillas por si algún alumno acudía sin ella.

En Avilés las clases arrancaron con sonrisas de incredulidad. En el IES de La Magdalena usaron las aulas más amplias y se han anulado uno de cada cuatro pupitres. Incluso están grabando un vídeo que remitirán al Principado porque quieren tener el visto bueno a sus medidas de seguridad. Su director, Oswaldo López, admite haber echado de menos una instrucción oficial al respecto. En el Carreño Miranda han dividido la jornada en dos franjas horarias.

Vídeo.

En los centros del Occidente, los equipos directivos destacan la buena predisposición del alumnado para cumplir con las indicaciones y el esfuerzo del profesorado tras un periodo de trabajo «extenuante». En el IES Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, tenían previsto que acudiese el 75% de los matriculados en segundo de Bachillerato, pero los grupos distaban mucho de estar completos. En el centro han eliminado los ordenadores de la sala de profesores y cada uno tiene tiza y borrador propios. El director, Javier Santos, hablaba de las dificultades de estos meses, sobre todo por la mala conexión a internet en las zonas rurales.

Vídeo.

En las cuencas, un ambiente similar. En el IES Jerónimo González, del distrito langreano de Sama, la jornada fue intensa. Su directora, Pilar García González, puntualizaba que «han venido la gran mayoría de los alumnos a pesar de que las clases son opcionales». Por su parte, en el Oriente no abrió prácticamente ningún centro. El IES de Llanes lo hará el lunes, entre otras cosas porque no hay transporte escolar y tienen alumnos que llegan, incluso, de Cantabria.

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