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Ana Sirgo, en la ventana de su casa de Lada, en una imagen tomada en 2022. JUAN CARLOS ROMÁN

Anita Sirgo, adiós a la voz de una lucha

Muere a los 93 años la histórica comunista y referente de la lucha obrera. Hoy se celebra en su honor una marcha hasta el pozo Fondón

Ana Moriyón

Gijón

Martes, 16 de enero 2024, 00:54

El próximo sábado tenía que haber cumplido 94 años de una vida plena en la que se convirtió, sin buscarlo, en un emblema de la lucha antifascista, pero su corazón no quiso llegar hasta esa fecha. Ana Sirgo Suárez, nacida en Lada (Langreo) en 1930, y más conocida como Anita Sirgo, falleció en la madrugada del lunes a los 93 años. Histórica comunista, referente de la lucha obrera y convertida en toda una heroína por su papel en la Huelgona de 1962 -organizando de forma clandestina a las mujeres de los mineros como piquetes con mazorcas como única arma para lanzar maíz a los esquiroles, a quienes les acusaban «de ser gallinas»-, esta militante del Partido Comunista y de CC OO narraba sin ápice de venganza cómo su papel activo trajo consigo fuertes represalias durante el régimen franquista. «No le gustaba mucho ahondar en aquello, o al menos, no con ánimo de revancha. Lo que quería era que entendiéramos que a pesar de ello había que seguir luchando y peleando», rememora el exalcalde de Langreo, Jesús Sánchez, que ayer no podía evitar emocionarse al recordar a quien fue para él «todo un referente, una persona a la que tenía idolatrada, porque uno cree tener valores hasta que conoce a personas como ella».

Torturada y rapada a tirones al negarse a delatar a sus compañeros, fue encarcelada y quedó sorda del oído izquierdo después de recibir una paliza. «Era un ejemplo de resistencia. Quisieron que se pusiera un pañuelo para dejarla salir de prisión, pero se negó. Para ella no era una humillación lo que había sufrido, era un honor», relata.

Tras salir de prisión, se exilió a París, donde aprovechó para aprender a leer y escribir, y fue puesta en busca y captura por las autoridades españolas. Sin embargo, su naturaleza combativa le llevó a regresar a España en 1966 para continuar con la lucha obrera y captar colaboradores del PCE. En Asturias, tras ser identificada, fue de nuevo encarcelada por «causas militares».

Homenajes

No tuvo una vida fácil, pero quienes la conocieron creen que sí fue plena e intensa hasta sus últimos días, porque continuaba participando en todos los actos de Memoria Histórica y manifestaciones, aunque sus últimas apariciones públicas habían sido para recibir homenajes. El año pasado descubrió una placa con su nombre en el Centro Social de Lada.

Su padre, huido al monte al acabar la Guerra Civil y asesinado en 1947. Su madre, presa en la cárcel de Arnao. Anita Sirgo fue recogida por unos familiares de Andrín (Llanes) cuando tenía 12 años y luego detenida por la Guardia Civil por pertenecer, como ella misma reconocía, a una familia de «rojos». Casada en 1950 con Alfonso Braña Castaño, minero en el pozo Fondón, ambos comenzaron a participar de forma intensa en la vida interna del Partido Comunista, entonces en la clandestinidad. Continuó su lucha obrera hasta la caída del franquismo, cuando cedió el protagonismo a nuevas generaciones de comunistas, aunque siempre se mantuvo activa. «Los tiempos cambian, pero los problemas son los mismos», le gustaba decir. «Era una leyenda de Comisiones Obreras, de la lucha de las mujeres y del feminismo, y su memoria permanecerá por siempre en el sindicato», señalaban ayer sus compañeros. Dejo claro que no quería un funeral al uso, quería una movilización en la que la gente saliera a la calle. Por eso, hoy, a las 16.30 horas, habrá en su honor un acto de despedida en la sede de CCOO del Nalón en La Felguera, donde se instalará la capilla ardiente, para posteriormente hacer una marcha reivindicativa en su memoria hasta el Pozo Fondón.

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