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El presidente del Principado, Adrián Barbón, junto al consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, estrecha la mano de Ludkovsky una vez finalizado el acto. PIÑA

«Asturias florece porque aprende de los errores»

Gregory Ludkovsky destaca la «importancia crucial» de la Universidad asturiana en «los éxitos pasados, presentes y futuros» de ArcelorMittal

LAURA MAYORDOMO

OVIEDO.

Jueves, 7 de noviembre 2019, 01:36

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Con quince años ya sabía que estaba, desesperada e incondicionalmente, «enamorado de la física». Pero no fue hasta que se instaló en Estados Unidos y comenzó a trabajar para la empresa Inland Steel cuando Gregory Ludkovsky -simplemente 'Greg' entre sus más estrechos colaboradores en la Universidad de Oviedo- se sumergió de lleno en el mundo del acero. Y le atrapó. «Es el material del que está hecha la vida. Es omnipresente, pero también, paradójicamente, invisible. Un producto increíblemente sofisticado que se reinventa una y otra vez, en gran parte gracias a la organización que lidero, I+D Global de ArcelorMittal», pero que «no ha sido ni siquiera remotamente utilizado», aseguró durante su discurso para llamar la atención sobre las posibilidades del «increíble y más grande de los recursos naturales de nuestro planeta».

Confesó ayer Ludkovsky que tiene la inmensa fortuna de divertirse con su trabajo, que «aprender, descubrir y reinventar el mañana» son aspectos que contribuyen a su «calidad de vida». Como lo fue, en cierta medida, descubrir que los éxitos de sus colegas le resultaban más gratificantes que los propios.

Por eso, una y otra vez, a lo largo de su discurso, este ingeniero metalúrgico con una trayectoria de casi cinco décadas a sus espaldas destacó la valía de los más de 300 investigadores con que cuentan los dos centros de investigación de ArcelorMittal en Asturias y la importancia del trabajo que se desarrolla en estas instalaciones. Con investigaciones punteras en sectores como la impresión 3D, el medio ambiente, la digitalización, la energía o la nanotecnología, «la gente al mando de este laboratorio era y es extraordinariamente brillante», aseguró Ludkovsky dando valor al hecho de que el centro de I+D de la región despegó precisamente durante los años de la crisis económica.

Aprender de los mejores

No fue tarea sencilla. «Los jóvenes dirigentes de ese entonces pequeño laboratorio tuvieron el valor de decir sí al riesgo». Y esa fue precisamente la clave del éxito. «Asturias florece porque, al tener que arriesgarse una y otra vez, aprendía de los errores, sin desanimarse nunca por ellos». Y es lo que, destacó, se sigue haciendo desde el Principado, «reinventando valientemente las formas de trabajar y no teniendo miedo de canibalizar sus propios éxitos pasados».

Ludkovsky, que recibió el Honoris Causa a instancias de la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) de Gijón, destacó ayer el papel de las universidades como «base del éxito» de sociedades, empresas y países. Sus investigadores, docentes y estudiantes «crean un ecosistema que nos permite aprender continuamente y de los mejores», afirmó antes de reconocer «la importancia crucial» de la de Oviedo para los «éxitos pasados, presentes y futuros de ArcelorMittal». No en vano, de sus aulas salieron el 70% de esas más de 300 personas que hoy trabajan en los centros de investigación y desarrollo de la multinacional siderúrgica en Asturias.

No dejó pasar tampoco Ludkovsky la ocasión de referirse al «amenazante» cambio climático y a las actividades que desde el departamento de I+D de ArcelorMittal se están desarrollando para reducir las emisiones a la atmósfera o para la purificación y gestión del agua. «Cuando miro el estado actual de nuestros avances y su impacto en la ecología, me siento orgulloso, triste, esperanzado y entusiasmado al mismo tiempo». Y lo explicó: «Orgulloso de lo que hicimos. Triste de que la contaminación siga existiendo. Esperanzados y emocionados por todo lo que podemos hacer aún y haremos».

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