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Asturias recibió a lo largo de todo 2023 un total de 14.403 personas de nacionalidad extranjera, procedentes tanto de fuera de nuestras fronteras ... como de otras comunidades autónomas.
La cifra se enmarca en una creciente movilidad dentro de todo el país, y es la que, con mucha diferencia, más ayuda a que el saldo total de la inmigración que recibe la región frente a la emigración que genera siga creciendo de forma continua a lo largo de los últimos años, al punto de que el saldo entre personas residentes en Asturias que optan por marcharse de la región y los nuevos vecinos favoreció a estos últimos a lo largo de 2023 por nada menos que 11.986 personas.
Este aporte es, ya de forma sostenida a lo largo de los últimos años, lo que evita que Asturias pierda el nivel del millón de habitantes e incluso experimente un ligero repunte en el número total de habitantes, gracias a la llegada de inmigrantes, tanto extranjeros como nacionales. Sin este aporte, Asturias estaría perdiendo alrededor de 8.000 vecinos todos los años. De hecho, 2023, con apenas 4.545 nacimientos en Asturias (esto incluye a los nacidos de padres extranjeros), tuvo en 2023 la peor marca de nacidos vivos de su historia reciente, mientras que en el mismo año se registraron en la región 13.012 fallecimientos, lo que dista de ser el peor registro de los últimos años. Son cifras difíciles de variar (en particular, la de fallecimientos, que tiene una curva a lo largo de los años mucho más estable que la de nacimientos), y que supusieron que por esta vía Asturias redujese la población en 8.567 personas.
Pero como el saldo entre emigración e inmigración fue favorable en el mismo periodo a la región en 11.986 personas (9.172 en el caso de las salidas y entradas desde el extranjero, y 2.814 a favor en el caso del intercambio de población con otras regiones), la cuenta es sencilla: Asturias creció durante 2023 en 3.419 vecinos.
Y si la cifra de llegadas desde el extranjero llama la atención, tampoco cabe desdeñar el hecho de que Asturias es la segunda región con un saldo de inmigración más favorable de todo el país. Son 2.814 más las personas que han llegado desde el resto del país que los vecinos de Asturias que han buscado mejor destino en otras comunidades autónomas. Ese saldo positivo sólo lo mejora Valencia, si bien es verdad que por mucho. En el caso valenciano, el saldo positivo fue de 10.827 personas. La tercer mejor cifra es la de Castilla-La Mancha, con un saldo positivo interno de 2.689 personas.
¿Es indicativo de una mejor situación económica? Tal vez una respuesta es que regiones como Madrid y Cataluña tienen en este apartado los peores resultados. Madrid, con diferencia, el más negativo, con 16.390 más salidas que llegadas, mientras que a Cataluña han llegado 5.171 personas menos de las que se han ido al resto de España. Esto incluye tanto personas de nacionalidad española como a extranjeros, por supuesto.
En todo caso, cabe apuntar que los nuevos vecinos que llegan de fuera de nuestras fronteras se caracterizan, por el momento, por una notable volatilidad, es decir, por estancias relativamente cortas en muchos casos.
También se va notando un efecto contrario, como la concentración de comunidades extranjeras en diversos lugares del Principado, lo que da lugar a algunos fenómenos estadísticos curiosos. Un ejemplo: Langreo está hoy por hoy lejos de poder siquiera pensar en recuperar la cuarta posición entre los municipios más poblados, que le corresponde a Siero con una gran diferencia sobre Mieres y Langreo. Sin embargo, sí que es Langreo el cuarto municipio que más inmigración del extranjero recibe. Nada menos que 414 inmigrantes llegaron a Langreo en 2023, lo que supone un incremento de su población en un sólo año de más del 1,2% por esta vía, mientras los vecinos de origen nacional siguen decreciendo.
Algo similar ocurre en otros concejos mineros, como Mieres, que recibió 261 inmigrantes del extranjero, San Martín del Rey Aurelio, con 128; Lena, con 90, y aún Laviana, con 71. Más intuitivo, y de diversos orígenes, son los casos de concejos en los que la actividad turística y/o residencial tiene especial relevancia. Así, el concejo que más vecinos del extranjero recibió en un sólo año fue Oviedo, con nada menos que 4.750.
Para situar esta cifra en su relevancia, hay que tener en cuenta que en el mismo periodo, en toda Asturias, apenas se registraron 4.545 nacimientos. Cierto es que se trata del récord histórico negativo de nacimientos, pero también es llamativo que sólo la inmigración del extranjero a Oviedo supere la potencia de toda Asturias como generadora de nuevos aportes demográficos. Vamos, de niños.
Gijón tampoco se quedó atrás, con 4.453 llegadas desde el extranjero. Esto es, por cada 60 vecinos de Gijón o por cada 46 ovetenses se sumó un inmigrante extranjero en un año. Avilés, por su parte, agregó un emigrante por cada 73 vecinos en 2023, y eso pese a que su evolución demográfica es la más negativa de las tres principales ciudades del Principado.
El análisis de la estadística por apartados de edad desvela algunas tendencias preocupantes, por más que el movimiento entre comunidades sea en números globales favorable al Principado. Al menos durante los tres últimos años, los tramos de edad comprendidos entre los 20 y los 29 años marcan una tendencia inversa al resto. Traducido: la famosa 'leyenda urbana' de que los jóvenes se van de Asturias no deja de tener una cierta base, aún hoy. Por ejemplo, en 2023 el saldo migratorio entre comunidades autónomas fue negativo para Asturias solo en ese tramo de edad. Asturias refrescó al resto del país con 248 jóvenes más de los que recibió durante el año pasado (225 si se tiene en cuenta el aporte de la inmigración desde el extranjero). Dicho de otra forma, cada tres días, perdió dos jóvenes, o veinte al mes, si bien en el resto de tramos de edad de personas en su fase laboral o menores de edad el resultado fue positivo.
Dicho esto, también hay que aclarar que la tendencia va mejorando también entre los 20 y los 29 años. Así, el año anterior (2022) los resultados negativos para ese tramo de edad habían sido peores, pues se perdieron 553 jóvenes de dichas edades en el saldo global interregional y, sumando la emigración al extranjero, hay que tener en cuenta que el tramo de 30 a 34 años también presentó resultados negativos.
Y en 2021 había sido aún peor. Del tramo de 20 a 29 se había registrado un saldo negativo de 618 jóvenes entre las comunidades autónomas, y también había sido negativo el tramo siguiente (de 30 a 34 años) en el que 70 asturianos más se fueron que del resto del país llegaron.
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