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Dolores Escudero, en su despacho, en el HUCA. ALEX PIÑA

«Asturias es muy solidaria y eso en la donación de órganos se nota mucho»

Dolores Escudero. Coordinadora regional de Trasplantes y jefa de la UCI del HUCA ·

El Principado, con 68 donantes, protagonizó en 2018 el mejor año desde que en 1983 inició la actividad trasplantadora

LAURA FONSECA

OVIEDO.

Lunes, 28 de enero 2019, 01:51

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Récord histórico de donaciones y trasplantes de órganos en 35 años en Asturias. 2018 fue un ejercicio para enmarcar, con 135 trasplantes realizados y 68 donantes conseguidos. «Todo esto es fruto del esfuerzo colectivo de los profesionales y de la sociedad asturiana, que es muy solidaria», remarca la coordinadora regional de trasplantes y jefa de la UCI del HUCA, Dolores Escudero.

-2018 ha sido el mejor año desde que se iniciaron los trasplantes de órganos en Asturias. Imagino que estará contenta con el resultado.

-Sí, el balance ha sido muy positivo. El HUCA vuelve a ser el hospital con más donantes en muerte encefálica. También somos la tercera comunidad en número de donantes por millón de habitantes (66,7 por millón de población), y una de las regiones con la tasa de negativas familiares más baja de todo el país, un 5,5% frente a casi un 15% de España. Son tres noticias positivas y, además, ya cumplimos con el objetivo que la Organización Nacional de Trasplantes se plantea para el año 2022 de llegar a cincuenta donantes por millón de habitantes.

-¿Cómo lo han hecho?

-Todo esto es fruto del esfuerzo continuo de muchos años y de mucha dedicación de los profesionales. Además, estamos trabajando con los hospitales de las diferentes áreas porque tenemos el convencimiento de que en estos centros se 'pierden', por decirlo de alguna forma, donantes potenciales. Los casos de hemorragias cerebrales masivas no se detectan o identifican como posibles donantes en los hospitales comarcales porque no se lo plantean. Estamos colaborando con los servicios de urgencias, neurología y neurocirugía y dando cursos de formación. Ahora mismo tenemos más ojos y orejas pendientes fuera del HUCA y hemos elaborado un circuito de enlace para que nos llamen nada más detectarse un posible caso de donación.

-¿Cuántos de los 68 donantes logrados en 2018 provienen de otros hospitales que no sean el HUCA?

-Hasta un 25% de las donaciones son fruto de ese programa, que se llama ventilación electiva no terapéutica o cuidados intensivos orientados a la donación, que es lo que estamos haciendo en colaboración con los hospitales comarcales. Eso, sumado al descenso de las negativas familiares, nos ha permitido tener un buen año.

Retos para 2019

-¿Y ahora, qué? Han puesto el listón muy alto pulverizando las estadísticas de los últimos 35 años. ¿Cree que en 2019 podrán alcanzar las mismas cifras o superarlas?

-La estadística es en ocasiones tozuda y a veces no guarda relación con el trabajo y el esfuerzo que hagas. A veces interviene, incluso, el azar. Históricamente hemos sido constantes, pero como no es un volumen elevado el que manejamos en Asturias, a veces cuatro o cinco donantes de diferencia te rompen la tendencia. En el HUCA tenemos menos negativas familiares que, por ejemplo, nuestros vecinos de Galicia. Asturias es muy solidaria en todos los sentidos, y en la donación se nota mucho. Eso es fruto de muchos años de trabajo y de divulgación y ahora la gente lo tiene incorporado como algo normal. A la hora de pedir la donación, eso lo facilita mucho.

-¿Las familias les dicen que sí enseguida o se lo piensan mucho?

-No, la gente suele decir sí enseguida. Antes te pedían tiempo para pensarlo, para meditarlo. Ahora lo tienen muy claro, tanto cuando te dicen sí como los pocos casos que dicen que no.

-¿Qué es lo que más preocupa a la familia de un donante?

-Lo que más preocupa es que si va a haber desfiguración del cadáver. Y en eso somos muy meticulosos y respetuosos.

-¿Hay que formarse mucho para saber cómo solicitar a un familiar el corazón, el hígado o el pulmón de un ser querido? Es un momento muy duro, ¿no?

-Hay que formarse, aprender a comunicar y sobre todo, a comunicar en crisis. Todos los que trabajamos en la sanidad tenemos la obligación de aprender a dar noticias, buenas y malas. Pero como el que da malas noticias también sufre y tiene sus propios miedos, eso influye mucho. Hay técnicas que ayudan a hacer todo esto de mejor manera, pero depende también de la personalidad de cada uno. Si tú tienes empatía, cercanía y calidez, la comunicación con el otro va a ser mucho más fácil. Es de suponer que quienes estamos en el mundo sanitario tenemos ese plus extra, o deberíamos tenerlo.

-Lleva usted mucho tiempo en esa labor, ¿cuál es su consejo?

-No ponerse nunca a la defensiva, como si nos fueran a atacar. Hay que relajarse y escuchar, escuchar mucho, dejarles que lloren y que muestren su duelo. Dar la información de manera progresiva porque la gente necesita tiempo para ir asimilando todo lo que le estás contando. Yo he llorado muchísimas veces pidiendo órganos, hay casos muy dramáticos.

-¿Recuerda alguno en particular?

-Cualquier situación en la que haya menores o gente joven implicada es muy dura. La peor de la muerte es que es irreversible para siempre jamás... Sé muy bien de lo que hablo. Pero la donación tiene las dos caras: la muerte unida a la vida. De ahí su grandeza.

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