Una avería en la catenaria deja parados los trenes entre Asturias y Madrid: «Hay gente perdiendo su vuelo»

El tren a Madrid vuelve a encontrar problemas en Castilla y León. Según confirma Adif esta tarde a las 18.20 se ha registrado un problema de falta de tensión en la catenaria en el tramo Palencia-León que está lastrando el tráfico ferroviario. Los especialistas de la empresa pública trabajaron a marchas forzadas para resolver el problema mientras en paralelo se prepararon locomotoras diésel con las que poder remolcar a las unidades afectadas y que así puedan superar la zona. Pasadas las 20.30 Adif pudo cantar victoria y reactivar, progresivamente, el tráfico. Para entonces ya eran cuatro los trenes con origen o destino en Asturias que se vieron afectados, con retrasos que llegaron a pasar de las dos horas.

El Alvia 4150 que inició la ruta en Gijón a las 15.28 fue uno de ellos. El AVE 4161 que dejó Chamartín a las 16.37 también quedó parado en Sahagún, con los coches llenos de pasajeros, entre ellos, una delegación del Ayuntamiento de Gijón. También acumuló retrasos el Alvia de Avilés.

En el primero de esos trenes viajaba Iván Molinero, que recordaba cómo tras superar la variante de Pajares sin problemas al llegar a la capital vecina los trabajadores de Renfe «fueron asiento por asiento informando a los que tenían billete a Alicante de que había un problema con el cambio de vía y que para solventarlo tenían que bajar del tren», refiere. El resto del pasaje quedó dentro del tren, a la espera. «Después de unos 45 minutos salimos, creo que hacia el fondo de saco, volvimos a la estación de León, de nuevo paramos, y seguimos la marcha».

Fue por poco tiempo. En las proximidades del intercambiador de ancho de Vilecha la unidad volvió a quedar parada. «Llamé a Renfe pidiendo explicaciones porque aquí nadie cuenta nada», señala. Pasada una hora de incidencia la operadora le envió un SMS informándole de que existía un problema con la infraestructura ferroviaria.

El AVE 4161 con salida de Chamartín a las 16.37 también tuvo que parar durante horas. «Vamos llenos, la gente está nerviosa y siguen cobrando las bebidas a 3,5 euros», detallaba en directo Mario Álvarez. Otros acompañantes calificaron la situación de "tercermundista" por la falta de información recibida.

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