Barbón y Canga protagonizan su primer cara a cara en la Junta

Diego Canga se quejó de que la llamada vía fiscal asturiana convierta al Principado en una «isla fiscal» y que sitúe a la región en el puesto decimoséptimo de competitividad fiscal, según el índice elaborado por la Fundación para el Avance de la Libertad y la TAX Foundation de Estados Unidos. Reclamó una reforma urgente para la bonificación del impuesto de Sucesiones e instó a Barbón a mirar a su alrededor. «Cuando uno va por la autopista y ve que todos los coches van en sentido contrario, lo normal es parar y cambiar el sentido. Están solos en estos», le espetó Canga, quien calculó que en Asturias siete personas renuncian a su herencia cada día. Canga reprochó la «tozudez» de Barbón en materia fiscal y extendió sus críticas a la negativa del PSOE asturiano a rebajar el IRPF para reducir el impacto de la inflación, «como han hecho comunidades vecinas». También aprovechó para recriminarle su «falta de respeto» hacía el principal partido de la oposición por no haber aún respondido a su misiva en relación a su propuesta para alcanzar un acuerdo político para impulsar una ley de Mecenazgo.

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Barbón defendió una vez más su política fiscal en el turno de respuesta pero, como viene siendo habitual en sus intervenciones plenarias, aprovechó para lanzar varios mensajes. Ironizó nuevamente sobre la posibilidad de que Diego Canga complete la legislatura como diputado y bromeó sobre la «relación epistolar» que plantea mantener el PP con el Gobierno regional, señalando incluso que «podemos escribir un libro de 'Las Cartas de Barbón y Canga' e, incluso, le recriminó su falta de originalidad por llevar a la Junta una pregunta recurrente por parte del PP. »Preguntan siempre lo mismo«, apostilló. A partir de ahí, Barbón recurrió también a la respuesta habitual. Defendió que los impuestos »que pagamos todos permiten construir el patrimonio de los que no tienen patrimonio, el Estado de Bienestar« y puntualizó que únicamente el 0,7% de herederos directos pagan el impuesto de Sucesiones en Asturias, por lo que criticó a Canga por convertirse en «portavoz de los privilegiados».