Barbón tendrá un consejero de IU en un nuevo Gobierno con «ambición en las reformas»
El presidente asegura que «frente al miedo, nosotros daremos esperanza». Zapico confía en que el pacto sea un revulsivo electoral
Y al final hubo fumata blanca. Socialistas y Convocatoria por Asturias (la marca electoral de IU) sellaron un preacuerdo para gobernar el Principado en coalición ... , fórmula que hacía 12 años que no ensayaban. A diferencia de los otros dos precedentes que hubo en Asturias, éste Ejecutivo nace sin una mayoría absoluta que lo blinde; la bancada socialista y la de Convocatoria por Asturias cuentan con 22 escaños, a uno de bastarse para sacar adelante sus proyectos en la Junta General. Están por tanto obligados a entenderse con la oposición, condición que asumen ambas partes.
IU se pondrá al frente de una macroconsejería de nuevo cuño, que agrupa competencias ahora repartidas en otras tres. Tal como adelantó EL COMERCIO hace dos semanas, la formación ambicionaba Ordenación del Territorio, área a la que se sumarán Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos. El titular del nuevo departamento será el líder de Convocatoria, Ovidio Zapico, quien tendrá a una mujer del partido como viceconsejera. El resto del Ejecutivo lo reajustará el ala socialista en los próximos días.
La Federación Socialista Asturiana (FSA) y Convocatoria por Asturias se conjuran en el documento para «promover con audacia y ambición las reformas que necesita Asturias y para plantar cara a una ola reaccionaria que amenaza conquistas democráticas, libertades y derechos», reza el documento. Se busca la «estabilidad, pues, no para estar quietos, sino para avanzar con decisión». El objetivo es impulsar un Gobierno «capaz de combinar desarrollo económico con equidad e igualdad».
El documento programático, de 14 folios, marca parte de las prioridades del próximo Ejecutivo, pero queda lejos de agotar todo su programa de gobierno. Entre las promesas incluye ampliar el parque de vivienda pública, eliminar burocracia en las ayudas sociales y crear una red pública de educación para atender a los niños de hasta 3 años. También hay impulso al asturiano y actividades docentes vinculadas a la memoria histórica.
La entente fue presentada ayer, 54 días después de las elecciones autonómicas, en la última jornada de la campaña electoral y con la intención declarada de influir en la misma. «Mi obligación era asegurar una mayoría que diera estabilidad», justificó el presidente Adrián Barbón. En el mitin de cierre de campaña informó a su militancia del acuerdo para tener «un gobierno de unidad progresista». «Frente a la crispación, nosotros a gobernar; frente al miedo, nosotros a dar esperanza, frente al miedo, nosotros damos futuro», animó el dirigente.
El pacto «termina un trabajo de las últimas semanas en los que se ha avanzado de forma discreta», describió el coordinador de IU, Ovidio Zapico. «Creo que es el espaldarazo a la campaña electoral y demuestra que es posible llegar a entendimientos, que es posible llegar a un gobierno de unidad progresista y reformista», indicó. Zapico confió en que la noticia sea «un acicate a nuestra base social, va a salir más motivada el domingo para que Asturias y España tengan gobiernos que atiendan a la mayoría social», dijo.
Referéndum con las bases
En puridad, al documento ayer presentado se le denomina «preacuerdo», porque ambas formaciones, en aplicación de sus estatutos, lo someterán al parecer de su militancia. IU lo hará el lunes y el martes, de forma telemática, y el miércoles el referéndum será presencial. La FSA dará oportunidad de votar el miércoles por la tarde en sus sedes.
Tanto la presentación como el documento usan una semántica nada inocente. En el preacuerdo los partidos hablan de formar un gobierno de «unidad progresista», sintagma al que viene recurriendo Barbón en las últimas semanas y que tiene la ventaja de alejarse del término «gobierno de coalición», que en los últimos años el imaginario colectivo ha terminado asociando al que suscribieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en nombre del PSOE y Podemos.
Zapico asumió la misma terminología acuñada por el presidente, si bien añade que el suyo debe ser un gobierno «reformista», apellido con clara intención. Desde la coalición mantienen su crítica a que en la pasada legislatura el Ejecutivo socialista monocolor dejó aparcadas las reformas estructurales que requiere el Principado, y que su entrada en el Consejo de Gobierno debe significar su reactivación.
En las 14 páginas del acuerdo y en los comunicados remitidos de forma coordinada ayer por la tarde por las dos formaciones se hace un notable esfuerzo por no mencionar el término coalición ni una sola vez.
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