Charangas que 'sacan' los colores en el Antroxu de Gijón

Un festival de Cabárceno, Brasil en Gijón, elfos que llevaban de vuelta a la Navidad, una comunidad entera de vecinos y cuatro superhéroes de Marvel abarrotaron ayer el Teatro Jovellanos de ritmo y fiesta. El concurso de charangas fue conducido por Alberto Rodríguez, en su papel de 'Agustín', y presentado por... «todavía no se sabe muy bien si Oswaldo el cubano o la rumana Raluca Marica». Estuvo cargado de humor ácido, canciones críticas y disfraces de lo más logrados. Además, otro año volvieron a estar presentes 'Las hermanas Tologordo', copresentadoras, según Agustín, «una más curiosa, finalista de OT (Operación Tortilla) y otra más diablilla, jugadora en un equipo de baloncesto allá en Franckestonia». Siguiendo un guión con puntos de improvisación, ofrecieron al público los dos «temazos» ya por todos conocidos de concursos anteriores: 'La paisanona', «hit número uno de venta en las gasolineras», y 'La cebolleta', en honor al premio que repartieron a un tal Daniel, de la fila uno, butaca trece del teatro, elegido al azar. «La cebolleta es un premio que patrocina la empresa de cerillas 'El Fósforo'», dijo el presentador. Antes de comenzar con lo que fueron las actuaciones de las cinco charangas que se vieron sobre las tablas en el día de ayer, Agustín explicó con detalle las bases del concurso: «Las cinco charangas, los Acoplaos, Os Brasileiros do Xixón, Los Tardones, Perdíos de los nervios y Folixa pa toos, tienen diez minutos para darlo todo, cada minuto que se alarguen serán penalizados con qué sé yo cuántas cosas».

Los 'sketch's de los presentadores tenían una historia central que consistía en la investigación de Raluka, pues Oswaldo estaba cien por cien seguro de que es una vampiresa: «la vi en el camerino maquillándose y, ¡no se reflejaba en el espejo, Agustín!», reclamó el cubano y añadió, «¿sabes cuál es su segundo apellido? ¡Drácula! ¡Ye vampira!», afirmó con énfasis.

Durante casi dos horas de concurso, las charangas expusieron a examen todo el proyecto en el que estuvieron trabajando todo el año. Muchos mensajes reivindicativos, viajes por temas políticos y elecciones, guiños a programas de televisión, al consumismo y a los problemas habituales entre vecinos, entre otros muchos asuntos. Cabe destacar la dura crítica que la charanga Acoplaos hizo a la corrupción y, sobre todo, a la monarquía, tildando al Rey emérito de burro al que terminaron encerrando. Los Brasileiros do Xixón se marcaron toda una clase sobre la historia de la ciudad explicada a una brasileña; los Tardones se disfrazaron de elfos y mencionaron la falta de tradición que vive actualmente la Navidad; Perdíos de los Nervios se convirtieron en señoras de la limpieza que se dedican a cotillear por los rellanos y los Folixa pa toos presentaron a un «héroe local especialista en hórreos y frixuelos». Parece que este año realmente hay disparidad de unas charangas a otras, lo cual aporta un toque de novedad a la par que sorpresa. Cada traje, elaborado con mimo por las propias agrupaciones, desprende no solo horas de cosido, sino también la ilusión puesta en una carrera de fondo que al final termina en un sprint fugaz que dura tan solo unos pocos minutos pero que decide «el título más esperado del antroxu», como lo denominó al principio Alberto Fernández.

Además de los gijoneses y gijonesas que decidieron dedicar un par de horas de su sábado a disfrutar del antroxu, también estuvieron presentes la sardina Cuca, el Pescanova y Roxi 'la remalladora' gallega, que vieron la primera parte del concurso desde uno de los palcos del teatro.