Ni rastro de Katia en el verano de Llanes, al que nunca faltaba

Ni rastro de Katia en Llanes. La mujer del supuesto inductor del crimen de Ardines no se ha dejado ver en el concejo este verano. La casa que el matrimonio compró hace unos tres años, a escasos cincuenta metros de la vivienda en la que reside su prima, la viuda de Javier Ardines, permanece cerrada. Pese a que Katia creció y vive en el País Vasco, su vinculación era hasta hace un año muy estrecha con la tierra de sus padres, que ella consideraba como propia. El día del crimen de Ardines fue una de las primeras en personarse en el camino en el que lo mataron. Como cada agosto, disfrutaba del verano llanisco y de las comidas y cenas con su grupo de amigos, entre los que estaban el concejal y su mujer. Sus allegados aseguran que no ha vuelto por allí.