Crimen del concejal de Llanes, Javier Ardines | Los sicarios golpearon al concejal con un bate de béisbol y un palo
Intentaron la emboscada varios días antes, si bien Ardines esquivó la valla colocada y no se llegó a bajar del vehículo en el que salía de su casa en Pría
OLAYA SUÁREZ / LUCÍA RAMOS
Sábado, 23 de febrero 2019, 04:39
Los sicarios emplearon un bate de béisbol y un palo en el ataque sorpresivo a Javier Ardines en el camino de Belmonte de Pría. Mientras uno de ellos le golpeaba brutalmente en la cabeza, el otro le rociaba con gas pimienta para dejarle aturdido. Aún así, la víctima, de una gran fortaleza física por toda una vida dedicaba al trabajo en la mar, logró echar a correr hacia delante, en un intento desesperado de zafarse de los asesinos.
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Le alcanzaron a 60 metros de su vehículo y de las vallas que le cortaban el paso. Allí lo remataron asfixiándolo. El argelino, Djelali B., durante su declaración ante la jueza de Llanes, confesó haber atacado al edil de Izquierda Unida, pero aseguró que cuando él se fue del lugar en dirección al coche para huir, Ardines estaba vivo. Descargó así la responsabilidad en su presunto compinche, que se encuentra detenido en Suiza y pendiente de extradición. Huyó al país helvético en noviembre y lleva varias semanas arrestado por un delito de robo con fuerza.
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La madrugada del 16 de agosto no era la primera vez que le tendían una emboscada al concejal. Lo habían intentado días antes, también en plena oscuridad, si bien aquella noche Javier Ardines consiguió sortear las vallas que obstaculizaban su camino y no se apeó de la furgoneta. Su propósito quedó frustrado.
«Cuando yo huí hacia el coche estaba vivo, si alguien lo asfixió no fui yo», declaró el sicarioLa investigación apunta que el alto tren de vida de Nieva tiene su origen en negocios ilícitosVarias personas declararon para conocer el entorno más íntimo de la víctima
Los sicarios presuntamente contratados por Pedro Nieva para vengarse por celos, optaron entonces por perfeccionar su plan colocando más vallas en el camino. La intención era que se tuviese que bajar obligatoriamente del vehículo. Obstruyeron el camino por completo.
En esa ocasión, consiguieron que el edil saliese de la furgoneta. De imprevisto, desde atrás, le golpearon violentamente con el bate de béisbol mientras el otro utilizaba el gas pimienta que apareció luego impregnando una de esas vallas. No se fueron hasta cerciorarse de que estaba muerto, un extremo que no les resultó fácil, según se desprende de la investigación. El supuesto sicario declaró, no obstante, ante la jueza que se enteró del desenlace por los medios de comunicación.
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Plan cumplido
Le reportaron a Pedro Nieva que esa vez sí habían podido cumplir con su cometido. El presunto inductor no se desplazó a Llanes para despedir al marido de la prima de su mujer, el que había sido su amigo pero con quien en los meses anteriores había cortado relaciones. No así su esposa, Katia, quien horas antes del crimen estuvo con la ahora viuda pasando el día en Nueva de Llanes.
La Guardia Civil considera que el alto tren de vida de Pedro Nieva se debía a negocios ilícitos. En diciembre, la investigación por el asesinato -en la que ya era el principal sospechoso- se cruzó con otra de tráfico de drogas en el norte de la provincia de Burgos. Fue detenido por realizar la instalación eléctrica en un laboratorio de cannabis. Quedó en libertad con cargos y continuó con su vida normal hasta que el martes de madrugada fue arrestado.
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Hasta llegar a esa vía de investigación, la Guardia Civil tomó numerosas declaraciones para conocer el entorno laboral y más personal de la víctima. Los trabajos se fueron centrando en el ámbito personal hasta concretar y fijar la mirada en Pedro Nieva.
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