Cinco años pidiendo una habitación para el bebé

Verónica Mejías entró hace ocho años a vivir en un minipiso de la Laboral de 34 metros cuadrados, que entonces bastaban. Fueron el refugio desde el que crecer, estabilizarse con su pareja, Borja García, y hacer planes. El 11 de abril de 2016 rellenó el formulario para pedir el cambio a otro minipiso de dos habitaciones. «Pensábamos casarnos y, con el tiempo, ampliar la familia; me respondieron que tenía a 14 personas en lista delante», cuenta. Asumía la espera. Vio cómo los vecinos se sucedían y el tiempo pasaba sin recibir la llamada.

En 2018 volvió a preguntar. «Nos habíamos casado y no quería esperar a tener 40 años para tener el bebé», recuerda. «Me dijeron que tranquila, que si llegaba ese caso me ponían la primera de la lista». Hace un tiempo vio cómo otro amigo, soltero, entraba a un minipiso de dos habitaciones. Se quedó embarazada y volvió a preguntar. «Ahora me dicen que realmente hasta que no tenga un año el bebé no necesita una habitación propia, pero es que aquí no hay sitio para la cuna y sí, tengo plato de ducha pero no me entra la bañera», expone.

Lo tiene documentado. Su contrato detalla que la vivienda cuenta con una superficie útil de 34,02 metros cuadrados. Según las Instrucciones sobre la Comisión de Cambios de Vivienda que detalla los criterios para autorizar una de estas mudanzas, en efecto la «variación en el número de miembros de una unidad de convivencia no constituye en sí mismo» un motivo de cambio, y en caso de nacimiento se esperará a que el crío cumpla esos 12 meses «a no ser que concurran otras circunstancias como que la vivienda sea excesivamente pequeña; menos de 35 metros cuadrados útiles».

Enseña los papeles y queda claro que si no le han dado otro piso, no es porque no lo pidiera con tiempo, ni porque le falten argumentos. Lleva tiempo peleando con Vipasa, dice, y lo del bebé es solo la última batalla. «Falta transparencia, aquí ninguno sabemos cuál es el tope de gastos mínimos; una vez al año te pasan los gastos por consumos, y aunque hagas siempre lo mismo, a veces pagas 40 euros, otras te devuelven 35. También pasan gastos de jardinería que son un 7% de lo que le cuesta a Recrea, pero pedimos la factura original y nunca la vemos».