La Delegación del Gobierno descarta reforzar los controles para evitar que se beba en la calle

Desde la Consejería de Salud se insistió ayer en la importancia de evitar «las alternativas de transmisión» de la covid y más concretamente de los riesgos que acarrea la celebración de botellones. Aun así, la Delegación del Gobierno en Asturias no prevé adoptar ninguna medida adicional de control. Al menos, de momento, los operativos articulados por la Policía Nacional y la Guardia Civil frente a las aglomeraciones de jóvenes «será el habitual de los fines de semana» desde que se levantó el toque de queda. A partir de entonces, Policía y Guardia Civil reforzaron su presencia en las calles para vigilar el cumplimiento de las medidas de protección frente a la covid, especialmente los viernes, sábados y domingos. Durante el estado de alarma llegaron a tramitarse en Asturias 50.000 expedientes sancionadores por saltarse los protocolos sanitarios.

Aunque el botellón está expresamente prohibido en la normativa autonómica, viene siendo práctica habitual entre los jóvenes desde que se levantó el confinamiento sin que la hostelería pudiera retomar su actividad con normalidad. Según la Delegación del Gobierno, «en principio» las fuerzas de seguridad seguirán actuando como hasta ahora.

El Principado no solo prohibe los botellones. También la venta de bebidas alcohólicas en el comercio minorista y en las gasolineras, entre las diez de la noche y las seis de la madrugada. Con esta medida, que entró en vigor ayer martes, se pretende dificultar la celebración de fiestas y concentraciones de jóvenes en la calle, que la Consejería de Salud considera el principal foco de transmisión del virus junto con el ocio nocturno. Los hosteleros de la noche critican que se equipare a sus locales con los riesgos que suponen los botellones «sin control».

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