Coronavirus en Asturias | La falta de personal para el operativo de refuerzo pone contra las cuerdas a la sanidad

La cifra de enfermos que acaban en un hospital tras contraer la covid-19 no deja de aumentar. Ayer eran en total 776 las personas ingresadas por esta causa en Asturias, que ya se ha convertido en la comunidad autónoma con mayor porcentaje de pacientes en la UCI por cada 100.000 habitantes, con una tasa que duplica la media del conjunto del país. A ese cada vez mayor incremento de la presión asistencial se suma que la red sanitaria pública cuenta con unos recursos humanos limitados para hacerle frente, lo que está poniendo contra las cuerdas al sistema sanitario. Ante esa situación, en los principales hospitales de la región ya se está produciendo una reorganización de los efectivos, tanto de médicos como de enfermeras -el colectivo más demandado-, para reforzar los servicios que concentran la atención a pacientes covid: los de medicina interna y unidades de cuidados intensivos. Pero también las urgencias.

Lo reconocía a principios de esta semana la directora gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra, cuando se refería a la necesidad de reordenar las plantillas para poder dar asistencia a todos los pacientes que llegan al hospital: «Nos preocupa cómo están los recursos humanos».

En buena medida, el aplazamiento en las últimas fechas de las consultas externas y de la actividad quirúrgica tanto demorable como no urgente para concentrar los esfuerzos en la atención a pacientes covid está permitiendo reubicar a parte del personal para descargar así de trabajo a unos compañeros que están viviendo situaciones de auténtico estrés, con jornadas de catorce horas en muchos casos y que están acudiendo a trabajar de forma voluntaria en sus días de descanso. Fue algo que ya se hizo durante la primera ola de la pandemia y a lo que se ha vuelto a recurrir ahora. «Hay que utilizar a todo el mundo porque esta segunda ola se prevé que vaya a ser peor. Es una organización lógica», resume un médico.

Con las bolsas de enfermería sin un solo profesional al que recurrir desde hace semanas, al menos en el Hospital Universitario Central de Asturias y en Cabueñes, ya se está tirando de enfermeras de consultas externas para reforzar al personal de planta, tanto covid como no, y recurriendo a las que tienen perfil de UCI para hacer lo mismo en cuidados intensivos. Lo que no se descarta es reducir en parte el número de enfermeras que se destinan a los puntos autocovid para la recogida de muestras -sustituyéndolas por personas de otras categorías- para reubicarlas en otros servicios donde son más necesarias.

En lo que respecta a los facultativos también se está «llamando a filas» a buena parte de los profesionales que están disponibles para que alivien la enorme carga de trabajo de medicina interna y echen una mano en las urgencias de sus especialidades. En la mayor parte de los hospitales asturianos, los facultativos de los servicios médicos están pasando a reforzar Medicina Interna y se suman a las guardias para así descargar al personal de urgencias y que éste se pueda centrar en la atención a los pacientes covid.

Al suspenderse buena parte de la actividad, los médicos de servicios quirúrgicos están ahora echando una mano en las urgencias atendiendo a pacientes de su especialidad correspondiente. Es lo que están haciendo por ejemplo los traumatólogos en el hospital Valle del Nalón. También hay gente que se está presentando voluntaria para las guardias covid.