El Principado recuerda que no son necesarias precauciones especiales ni tratamientos preventivos para la vacuna
La respuestas a las dosis de los tres laboratorios son de carácter leve; Moderna representa la mayor proporción hace una semana, un 1,16%
A raíz de la crisis surgida en torno al uso de AstraZeneca las autoridades y profesionales sanitarios no se han cansado de repetir que todos los medicamentos, incluidas las vacunas, pueden desencadenar reacciones adversas. La mayoría suelen ser de carácter leve y, con poca frecuencia, más grave. De la misma forma, cuando un proceso de este tipo se lleva a cabo con un volumen tan elevado de personas y en un periodo de tiempo tan corto, se eleva la probabilidad de que se observen un número elevado de eventos adversos que, como explicó estos días la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no tienen que tener una correlación directa con las vacunas dado que podrían aparecer igualmente, e incluso lo hacen en mayor medida, sin haberla recibido. Lo explicaba el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica en el Principado, Ismael Huerta, hace unos días: «Se ha encontrado en torno a dos casos de trombosis cerebral por cada millón de habitantes vacunados pero la frecuencia habitual (al margen de esta campaña contra la covid) es de uno por cada 100.000 habitantes».
En Asturias, con los últimos datos facilitados por la Consejería de Salud, solo se han producido reacciones adversas de carácter leve y autolimitado. Eso era hasta el viernes pasado y por aquel entonces se habían registrado 52 entre los vacunados con AstraZeneca, 93 con los de Moderna y 910 en el caso de Pfizer. Para saber de lo que estamos hablando, conviene poner estas cifras en consonancia con el número de dosis se que llevaban aplicadas -hasta es fecha- de cada uno de los laboratorios. Estas eran 5.511 (AstraZeneca), 8.014 (Moderna) y 134.222 (Pfizer). En el caso de estas dos últimas, muchas corresponden a la segunda dosis aplicada sobre el mismo paciente. Es decir, tanto AstraZeneca como Pfizer tienen un volumen de reacciones adversas inferior al umbral del 1%, el 0,94% y el 0,67%, respectivamente. Con Moderna sube un poco más, hasta el 1,16%.
No obstante, dada la preocupación despertada entre aquellos a los que se ha administrado la dosis de AstraZeneca, el Gobierno regional ha difundido un documento informativo en el que se especifica que no es necesario tomar ninguna precaución especial ni ningún tratamiento preventivo. En este mismo texto recuerda que el dolor de cabeza es un efecto secundario frecuente tras la vacunación frente a la covid. Habitualmente es de carácter leve y moderado y limitado en el tiempo, solo si persiste o fuera de mayor intensidad sería necesaria la consulta médica. Todo ello en un periodo de los 14 días posteriores a recibir la vacuna y que, además, venga acompañado de alteraciones visuales u otros síntomas neurológicos que cambian significativamente al tumbarse.
Según el último estudio difundido por la Agencia Española del Medicamento, la mayoría de las reacciones adversas leves con AstraZeneca se habían presentado entre mujeres (87%), un dato coherente dado que se han aplicado más dosis entre ellas que entre ellos. Los trastornos generales como fiebre o dolor en la zona de vacunación fueron los que se notificaron con mayor frecuencia, seguidos de los trastornos del sistema nervioso -principalmente cefaleas y mareos-, y otras de tipo muscular como la artralagia y mialgia.
Si nos fijamos en esas mismas reacciones adversas pero referentes a la que se han administrado con Pfizer, la situación no cambia mucho. La mayoría son mujeres y con edades avanzadas, que también tiene sentido dado que están entre los grupos prioritarios de vacunación establecidos por el Ministerio. Aquí también se repite la fiebre o dolor en la zona de vacunación, pero también aparecen, aunque en porcentajes menos significativos, reacciones dermatológicas o gastrointestinales. En el estudio elaborado por la Agencia Española el Medicamento, las lactantes solo han registrado trastornos generales como efecto secundario. Si nos vamos a Moderna, se repite casi al dedillo el mismo patrón que en las dos anteriores.
A día de hoy en la región, se ha vacunado a 109.780 personas. De ellas, 68.555 ya tienen la doble pauta, es decir, están inmunizadas frente a la covid. Además de estas, 3.228 decidieron rechazar la vacunación, a pesar de que había llegado su turno para hacerlo; 181 tenían la inmunización contraindicada, y 31 habían pasado ya la enfermedad y no estaban, por tanto, dentro del periodo en el que debe aplicarse la vacuna.