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Coronavirus en Asturias | Situación crítica: quirófanos convertidos en UCI

La ocupación actual ya es del 68% y las previsiones de Salud apuntan a un incremento aún mayor de ingresos en las dos próximas semanas

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Sábado, 14 de noviembre 2020, 00:42

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Antes de que la expansión del SARS-CoV-2 se convirtiera en pandemia, los hospitales asturianos sumaban 96 camas de cuidados intensivos. Cuando el Servicio de Salud del Principado (Sespa) se dio cuenta de la magnitud de lo que se le venía encima amplió su número a 149. Ahora ya son 240 las que están disponibles. Y sobre ese número es sobre el que se fijan los porcentajes de ocupación, que ya están al 68%. Según los datos de la Consejería de Salud, había ayer 138 personas en unidades de cuidados intensivos.

Pero a la vista del rápido e imparable crecimiento de ingresos en UCI, y ante la previsión de que su número no haga más que aumentar en las dos próximas semanas, el Sespa trabaja ya en la adecuación de nuevos espacios en los que poder albergar pacientes críticos. Tras recurrir a las áreas de reanimación, a una zona de vestuarios y el gimnasio de rehabilitación, en el caso del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en esta «tercera fase», como la definió la directora gerente del Sespa, se recurrirá a los quirófanos y a áreas de reanimación de otros hospitales.

Se llega a esos extremos por la «rápida sobrecarga del sistema sanitario, el rápido aumento de ocupación de las camas de hospitalización y, de forma más intensa, de las camas UCI, que ha sido más notable en la última semana», expuso Concepción Saavedra. En apenas cinco días se pasó de una ocupación del 56% al 68%. Esta situación «nos está creando una clara incertidumbre que nos hace estar ante un momento crítico desde el punto de vista asistencial», reconoció.

Según detalló Saavedra, ese espectacular incremento de hospitalizaciones se remonta a la semana del 24 al 30 de octubre, cuando se registró un aumento de un 77% de los ingresos en planta de pacientes con covid y de un 107% en las UCI. Pese a que el ritmo de ingresos «ha ido ralentizándose» en las dos siguientes semanas, si se mantienen las actuales cifras de contagios, se prevé que los ingresos sigan en línea ascendente en los próximos quince días. Con una población tan envejecida como la asturiana y teniendo en cuenta que la estancia media de un paciente que ingresa en UCI es de aproximadamente un mes, «estaríamos en un escenario crítico», insistió.

La previsión del Servicio de Salud es aumentar hasta las 260 camas en próximos días, utilizar todas las reservas de respiradores (hay 377 disponibles) y, como queda dicho, recurrir a las áreas de reanimación y los quirófanos para habilitar nuevas unidades de cuidados intensivos.

Movilidad forzosa

Para solventar el principal escollo, el de la falta de profesionales de enfermería con perfil de UCI, explicó Saavedra que se están reorganizando las plantillas de forma que todas las enfermeras de otros servicios con esa especialización están siendo destinadas a las unidades de cuidados intensivos. También se está recurriendo a movilidades forzosas de personal de las áreas periféricas para reforzar los hospitales de la zona centro. Ayer mismo se recurrió a este sistema para reforzar las plantillas del HUCA con enfermeras con perfil UCI de los hospitales de Avilés, Cangas del Narcea y Mieres. Con respecto al año pasado, hay ahora 2.215 personas más contratadas por el Sespa.

Según los datos ofrecidos ayer, el 13,6% de los pacientes con covid acaban ingresando en un hospital y de ellos, el 90% tiene más de 50 años. En la UCI lo hacen el 0,9% de los casos confirmados. Un porcentaje que podría parecer pequeño pero que, teniendo en cuenta que «son tantos los casos confirmados, supone números importantes», matizó el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, Ismael Huerta. Ayer, eran 138 los ingresados en UCI.

Lo que se ha observado también es que el «periodo de latencia» -esto es, el tiempo que transcurre entre que se detecta un aumento de los contagios y se produce un aumento de los ingresos hospitalarios- se sitúa en unos cinco o seis días, pero «se ha acelerado» últimamente.

Respecto a la ocupación de las camas de hospitalización, de las casi 3.000 disponibles ya están ocupadas el 67%. Eso en el conjunto de la región, porque si de los tres principales hospitales asturianos se trata, la cosa cambia bastante. El de Cabueñes tiene ocupadas el 91% de sus camas. El HUCA, el 85% y el San Agustín, el 76%.

«La atención todavía es asumible», aseguró Saavedra. Sin embargo, ya ha obligado a disminuir la actividad sanitaria, limitada únicamente a las urgencias no demorables y cuestiones preferentes. En el HUCA, se dio ayer el caso de al menos un aplazamiento de una intervención oncológica, según el afectado «por falta de UCI». Se le ha citado nuevamente para el martes.

En la evolución de la pandemia en Asturias se están apreciando algunos cambios. Así, si hasta octubre el mayor número de casos se daba entre la población de 15 a 29 años, desde el 24 del mes pasado se observa que es entre los mayores de 65 años donde «la incidencia empieza a aumentar claramente».

Tests de antígenos

Para aumentar la capacidad de diagnóstico, desde esta semana se están realizando test de antígenos en Primaria y las urgencias de Primaria y Especializada. «Están validados para su uso en personas con síntomas con cinco días como máximo de evolución. Detectan cargas virales altas. En esas circunstancias funcionan bien y arrojan resultados fiables», precisó Ismael Huerta. En otras circunstancias «su validez es muy variable». Por eso «su uso se centrará en el primer nivel de atención de los pacientes», para detectar los posibles casos «al principio» del contagio. En el resto de situaciones, por ejemplo con una evolución más prolongada de los síntomas o en personas asintomáticas, se seguirán realizando PCR, prueba que «tiene más sensibilidad».

«Estamos en la peor situación que hemos tenido hasta ahora en la pandemia. Son días muy duros y las semanas que vienen van a ser muy complicadas y duras también», advirtió el director general de Salud Pública. Rafael Cofiño insistió en que «es necesario reducir la interacción social, estar la mayor parte del tiempo con convivientes y salir lo mínimo imprescindible a la calle para practicar actividad física. Es la única forma que tenemos de contener el virus ahora».

El efecto de las últimas medidas restrictivas adoptadas por el Principado -toque de queda, cierre de actividades no esenciales y cierre de fronteras- no se verá, calculan, hasta «tres o cuatro semanas» después de su implantación. Por eso, la recomendación fue clara: «Comportémonos todos como si fuéramos transmisores del virus y pudiéramos contagiar».

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