Coronavirus en Asturias | «La situación de Gijón es alarmante. Hay transmisión en todas las partes de la ciudad»

Hasta tres veces repitió Ana González la palabra «grave». No hizo siquiera falta preguntarle por el asunto, ella se adelantó. Quería dirigirse a los gijoneses para explicar, sin paños calientes, cuál es la situación de la ciudad. «Alarmante». En la reunión celebrada a primera hora de la mañana de ayer con la FACC y la Consejería de Salud, la alcaldesa de Gijón había sido informada de que el municipio ha registrado 966 casos la última semana y que en estos momentos ya «no cabe hablar de normalidad». Hay que cortar los contagios y hay que hacerlo ya si queremos evitar «la medida que no queremos nadie» y que sería la única posibilidad: el confinamiento total. Es decir, volver a marzo.

«Tenemos que cambiar nuestra vida. Cada vez que tengamos que hacer un movimiento pensemos no si puedo hacerlo, sino si tengo que hacerlo», insistió la alcaldesa. No se trata, dijo, de estar encerrados en casa, y especialmente en lo referente a los niños (descartó cerrar los parques, por ejemplo, como se hizo en marzo, porque ahora «sabemos que es mejor estar en el exterior»), pero sí de restringir todo lo posible los movimientos y, sobre todo, los contactos sociales.

«No hay brotes, hay transmisión en la calle, en todas partes de Gijón. Y no se trata de buscar culpables, nadie es culpable de contagiarse. De lo único que podemos ser culpables es de no cumplir las normas». «Somos gente adulta», dijo, que «fuimos responsables durante el confinamiento» y tenemos que volver a serlo. Porque, además, «el virus ya no nos es ajeno, todos conocemos a gente, con nombre y apellidos, que ha dado positivo o que tiene que ser ingresada». Y eso, confía, esa cercanía, puede ser lo que nos haga volver a la responsabilidad de marzo. «Si aceptamos la responsabilidad como algo serio podemos cortar la espiral de contagios», dijo tajante.

Por otra parte, Ana González se felicitó del cambio de criterio del Principado de Asturias, al permitir finalmente el cierre perimetral de todo el concejo, y no solo de la zona urbana como se dijo la semana pasada. «Hay que tener en cuenta las interacciones. Nos estábamos convirtiendo en el concejo del salvoconducto, porque todo el mundo lo necesitaba para su vida diaria».