El Principado comienza a cerrar unidades de covid en los hospitales

En Asturias hay 73 pacientes ingresados en planta con confirmación o sospecha de coronavirus y otros 23 permanecen en la UCI. Con estos datos, la tasa de hospitalizaciones se reduce prácticamente a la mitad y la presión asistencial en las unidades de cuidados intensivos es hoy un 35% menor a la de hace quince días. Ante esta situación, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha decidido reorganizar el dispositivo hospitalario que se montó con la quinta ola de la covid, liberando a tres áreas sanitarias de la primera línea de atención al virus.

En concreto, dejarán de tener plantas específicas de covid las áreas VI, con cabecera en el Hospital Francisco Grande Covián de Arriondas; VII, adscrita al Hospital Álvarez Buylla de Mieres; y la VIII, vinculada al Hospital Valle del Nalón de Langreo. «Todavía queda algún paciente. Pero, en cuanto reciban el alta, las plantas covid de estos tres centros hospitalarios se cerrarán», explican fuentes médicas.

A partir de ahora, las infecciones que se diagnostiquen en estas tres áreas sanitarias y precisen hospitalización serán derivadas directamente al HUCA. El Hospital Universitario Central de Asturias (área IV) pasa así a llevar el peso de la atención del coronavirus, junto al Hospital de Cabueñes (área V), en Gijón, y al San Agustín de Avilés (área III). Estos dos centros hospitalarios mantienen la misma zona de influencia que ahora.

El Sespa daba ayer mismo instrucciones sobre la nueva planificación asistencial, que responde a la buena evolución epidemiológica de Asturias, la comunidad autónoma con menor incidencia acumulada por coronavirus de toda España. La región lleva una semana por debajo de los 100 casos diarios, cuando en esta quinta ola epidémico hubo picos que rebasaron ampliamente los 500 contagios al día.

«La incidencia es menor y los ingresos han disminuido», constatan los médicos que batallan contra el coronavirus. Aun así, «tenemos dudas sobre lo que va a ocurrir en las próximas semanas, cuando realmente sepamos en qué medida repercuten los botellones y la movilidad vacacional, y si aumentan o no los contagios», apostillan.

De ahí que se cierren las unidades covid de los hospitales de Arriondas, Mieres y Langreo «de momento» y mientras la pandemia siga evolucionando favorablemente. El Sespa se mantiene en guardia porque las características de esta quinta ola hacen más difícil de controlar la transmisión del virus y el rastreo de los contactos estrechos. «Cómo saber quién tiene covid en un botellón y a cuántos ha contagiado, si muchos chavales son asintomáticos», apuntan fuentes hospitalarias.

Por eso las autoridades sanitarias insisten en la importancia de participar en el cribado masivo que el Sespa realiza de forma gratuita a la población con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años. El número de pruebas diagnósticas se redujo considerablemente en agosto. Este fin de semana se hicieron 4.606 PCR en Asturias -la mitad que hace un mes- y en ellas se detectaron 224 nuevos casos de coronavirus.

Desde el pasado viernes, además, se produjeron 43 hospitalizaciones: 38 en planta y 5 en las unidades de cuidados intensivos del HUCA y Cabueñes. Aunque la peor cifra del fin de semana fue la de fallecidos. El domingo se notificó la muerte por covid de cuatro personas, una mujer de 68 años y tres hombres de 81,95 y 99 años. «Hasta septiembre, cuando haya acabado el verano y empiece el colegio, no sabremos si la quinta ola ha terminado», exponen los médicos. Mientras tanto, «se puede decir que vivimos en un equilibrio inestable».