El Corredor Atlántico, una obra clave para frenar el desequilibrio territorial
La FADE exige un apoyo «más intenso» al eje del noroeste para frenar la brecha que ya separa Asturias con las regiones más pujantes
El debate abierto entre regiones por el agravio comparativo en la ejecución del Corredor del Atlántico con respecto al del Mediterráneo no es una cuestión ... menor. Asturias se juega su futuro y, tal y como advierten desde la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), «de no coger ahora este tren -en referencia a la inyección actual de fondos europeos para invertir en este tipo de infraestructuras- nos relegará a un horizonte temporal posterior a 2030 y, entonces, cualquier reivindicación llegará demasiado tarde».
En las últimas décadas las políticas llevadas a cabo por los diferentes Gobiernos nacionales han ido encaminadas a potenciar las infraestructuras del este peninsular y su conexión con la capital, lo que no ha hecho más que ensanchar la brecha territorial entre norte y sur. Una denuncia histórica por parte del empresariado asturiano que no ha hecho más que avivarse tras las polémicas declaraciones realizadas por representantes del lobby empresarial que promueven el trazado levantino, reclamando mayor prioridad aún para éste frente al eje que recorre el noroeste de la península.
Los argumentos de la patronal para defender la inversión en el Corredor Atlántico son muchos y variados. Recuerdan, en primer lugar, que entre los principios inspiradores de la política de transportes de la UE se recogen específicamente «el equilibrio territorial y la armonización social». Y el noroeste de la península ibérica, advierten, «está muy por debajo de la media española en todos los indicadores de desarrollo y competitividad territorial». «El transporte debe ser un elemento de cohesión y no una circunstancia que agranda la brecha que separa las regiones más pujantes de las que están perdiendo la batalla contra la demografía y el mercado», argumentan. Ese elemento de desarrollo regional debería ser, en su opinión, «más que suficiente» para apostar de manera unánime por el Corredor Atlántico. Pero no es el único argumento.
La patronal aduce también el peso de la industria en el tejido económico asturiano gracias a la presencia de empresas como ArcelorMittal o Asturiana de Zinc, que mantienen a la región «a la cabeza de los rankings de movimiento de toneladas». Además, entienden que el desarrollo de la variante permitirá también potenciar el tráfico de pasajeros e impulsar el sector turístico, para lo que «necesitamos posicionarnos como un espacio competitivo en materia de transportes».
FADE defiende que en Asturias hay demanda empresarial, aunque «es innegable que el noroeste de España está perdiendo pujanza y es, justo por eso, por lo que necesita un apoyo más intenso». «Del desarrollo de las infraestructuras que contempla el Corredor dependerá el futuro de Asturias y de todo el noroeste», sostienen.
La patronal asume que las condiciones geográficas de Asturias han lastrado históricamente la conectividad de la región con la meseta, pero insiste en que, «una vez salvado el hito de Pajares, podemos centrarnos en el potencial de nuestra tierra en materia logística». Así, insisten en que «somos la salida natural de España a los grandes hubs económicos de Europa» y que el puerto de El Musel «debe posicionarse como la puerta al mar de Castilla y de Madrid». Y, de forma paralela, reclaman el corredor como fundamental para el desarrollo de la estación intermodal de la Zalia. «Necesitamos el apoyo de nuestros gobiernos para incluir nuestras infraestructuras en la red básica europea. Sin esa calificación perderemos la oportunidad de recibir inversiones para modernizar nuestra región», advierten.
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