La Crucina, un pueblo de Turón que se resquebraja
Los vecinos aseguran que viven «con miedo» a los argayos y exigen una solución al Ayuntamiento de Mieres
ALEJANDRO FUENTE
TURÓN (MIERES).
Miércoles, 27 de enero 2021, 02:48
«La Crucina se viene abajo». Esta es la voz de alarma que dan los vecinos de este núcleo de Turón, en Mieres. «Tenemos miedo de que la tierra caiga sobre nuestras casas», explicaba ayer una de las residentes en esta zona, Marta Baquero. «Llevamos meses avisando de que esto podría suceder, y puede ir a peor», afirma. «La situación es muy preocupante». El problema, relata, se encuentra en la carretera de acceso a la población, que se ubica en una ladera muy cerca del centro urbano. «El vial comenzó a resquebrajarse y el agua se filtraba por las grietas; hay constantes desprendimientos pero el gordo fue en la mañana del lunes», explica, al tiempo que añade que «los operarios del Ayuntamiento de Mieres acuden y limpian, pero no se hace nada más». Por eso, lo que se urge es la construcción de un talud de contención que evite esta amenaza constante sobre las casas.
El vial de acceso a La Crucina está totalmente cortado a los vehículos. «No se puede pasar; pero lo más grave es que no pueden acceder vehículos de servicios, como los del suministro del gasóleo o los de emergencias, ambulancias o bomberos. Por eso es urgente una intervención en la zona», añade Baquero.
La asociación de vecinos Mejoras del Valle recuerda, por su parte, que este problema no es nuevo. La presidenta del colectivo, Silvia Suárez, asegura que los residentes de este núcleo «viven con temor a que un argayo caiga sobre sus viviendas, y así no se puede estar, bajo esa constante amenaza».
Los vecinos explican que ya han hablado con responsables del equipo de gobierno local. «Nos dicen ahora que van a construir un muro de contención, pero es que la solución puede llegar tarde para quienes aquí vivimos», se lamenta Baquero. «La tierra sigue cayendo y no podemos hacer nada al respecto».
Deslizamientos
Pero no es solo el «peligro» de las viviendas que pueden ser dañadas por los posibles argayos; «también tememos que más deslizamientos de tierras puedan afectar a las casas que se encuentran en la parte superior de la carretera», inciden. Este tipo de riesgos aumentan en las comarcas mineras por la acción de las lluvias; de hecho, no es el único caso alarmante en el Caudal. Los vecinos del núcleo lenense de Piedracea llevan meses alzando la voz ante el riesgo de caída de una gran roca.
Y es que en la mente de los habitantes está el recuerdo del gran argayo que casi borra las casas de La Cortina, también en Lena, en junio de 2018. Hace poco más de un año, un desprendimiento causó la muerte de un vecino del pueblo allerano de Boo.