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María del Mar Román muestra los daños en el inmueble de Turón. J. C. R.

«Mi vida es un infierno desde que vivo en esta casa»

Una inquilina de una vivienda de Vipasa en Turón reclama amparo al Defensor del Pueblo: «Hay problemas de convivencia, hemos recibido amenazas de muerte»

A. FUENTE

TURÓN (MIERES).

Jueves, 1 de octubre 2020, 00:07

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«Llevo más de veinte años residiendo una vivienda de protección de Vipasa y, desde entonces, mi vida y la de mi familia se ha convertido en un auténtico infierno». Son palabras de una inquilina de estos pisos en Turón; María del Mar Román denuncia numerosos problemas de convivencia en la zona y graves desperfectos «de los que la empresa pública hace caso omiso», asegura.

Uno de los principales problemas, relata, es que la sociedad está reparando viviendas desocupadas «cuando no hacen nada en las de los vecinos que pagamos cada mes el alquiler». Además, señala, «estas obras las están realizando son la correspondiente licencia municipal, tal y como me han informado en el área municipal de Urbanismo», añadía. «Tenemos ventanas de madera de hace cuarenta años que no ajustan bien; cuando llega el invierno entra el aire y el frío». La inquilina muestra un recibo del gas de enero de 2019. «Mire, más de trescientos euros».

Pero también hay reclamaciones para que den una solución a los «graves» problemas de humedad y de filtraciones que tiene el edificio.

Ha registrado un escrito en el Ayuntamiento Mieres indicando estos problemas con estos permisos municipales; «es indignante y vergonzoso que una empresa que representa al Principado actúe de modo fraudulento», se queja.

También ha remitido una carta al Defensor del Pueblo. «Durante años hemos solicitado un mediador social por los graves problemas de convivencia; todos los espacios comunes están destrozados, nuestro coche ha aparecido rayado y con las cuatro ruedas pinchadas, hemos recibido amenazas de muerte por intentar explicar lo que es convivir; y nadie, absolutamente nadie nos escucha», relata la afectada.

«No queremos guerra»

Román explica que además hay problemas propios del diseño de las viviendas, ya que los pisos bajos soportan innumerables ruidos de los dúplex superiores, «que tienen escaleras de hierro y madera». Asegura que estos elementos actúan «como enormes altavoces» que transmiten «un enorme ruido a toda la casa, lo que genera graves perjuicios a la salud, porque si en el piso superior hay diferentes horarios, en la inferior no hay quien duerma y al final genera mala convivencia». Ahora esas vivienda están vacías; «gracias a las denuncias ante el juzgado esas personas acabaron marchando», Pero temen las nuevas ocupaciones.

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